El istmo de Curlandia es una estrecha franja de arena de casi 100 km de longitud, que pertenece tanto a Lituania, como a Rusia. En la parte lituana, encontramos el Parque Nacional del istmo de Curlandia, y se trata de una de las visitas obligadas en un viaje por las repúblicas bálticas.
Nosotros visitamos únicamente la parte lituana del istmo de Curlandia porque para la parte rusa se precisa visado y nosotros ya visitaríamos más adelante Rusia (y habíamos sacado visado de una sola entrada al país). Llegamos al istmo después de haber visitado Vilna y Kaunas.
Contenidos del post
Algunos datos sobre el istmo de Curlandia
Hasta principios del siglo XX, el istmo de Curlandia perteneció a Alemania, y era lugar habitual de veraneo de alemanes, como el escritor Thomas Mann.
El istmo de Curlandia es una zona bastante virgen, pues casi unas tres cuartas partes de su territorio está formado por bosques de pinos, mientras que una cuarta parte lo forman dunas.
Tan solo un 5% de su territorio está urbanizado y apenas hay cuatro pueblos: Pervalka, Preila, Juodkranté y Nida, siendo estos dos últimos los principales de la parte lituana del istmo. Estas poblaciones conforman el municipio de Neringa.
El istmo tiene un ancho variable, que va desde los 4 km la parte más ancha a unos 500 metros, la parte más estrecha. Tiene dos orillas, una más rocosa, que da al lago de Curlandia, que es el que da nombre al istmo, y la otra parte es de arena y da al mar Báltico.
Qué ver en el istmo de Curlandia
Colina de las Brujas
La Colina de las Brujas (Raganų Kalnas) es una galería de esculturas al aire libre ubicado en el pueblo pesquero de Juodkranté, en una duna boscosa del istmo de Curlandia.
Las piezas que forman la exposición están talladas en madera y representan personajes del folklore lituano y de las tradiciones paganas. Empezaron a instalarse en 1979 y son obras de varios artistas. Hay más de 80 esculturas.
En la Colina de las Brujas, encontramos, como su propio nombre indica, esculturas de brujas, pero también hay demonios representados.
La visita es totalmente gratuita y el acceso es libre, pues la Colina de las Brujas está abierta durante las 24 horas.
Para verlas, hay que seguir el sendero que está señalizado y es muy sencillo de realizar. Es apto para todos. La ruta es circular. Nosotros completamos el recorrido en hora y media, y parándonos a hacer muchas fotos.
Al inicio de la ruta, hay muchos puestos con recuerdos y cosas realizadas con ámbar (supuestamente, porque el precio, tengo mis dudas). El ámbar es un producto muy típico en las Repúblicas Bálticas. De hecho, a finales del siglo XX, se extraía ámbar en la laguna que está junto a Joudkranté.
Nida
De la Colina de las Brujas, cogimos el coche para dirigirnos a Nida, que es la principal localidad del istmo de Curlandia y donde hay una mayor oferta turística. Está apenas 4 km de la frontera con Rusia. Se trata de un pueblecito encantador con casitas de madera de colores. Aquí podrás alquilar bicis para dar un paseo por la localidad.
En Nida, encontrarás un larguísimo paseo marítimo y algunos museos: el del ámbar, que cuando estuvimos nosotros, era gratuito; la Casa Museo de Thomas Mann (escritor premiado con el Nobel y que pasó varios veranos aquí), y el Museo Etnográfico del Pescador.
Gran parte del estacionamiento en Nida tiene parquímetros, aunque nosotros encontramos una pequeña zona gratuita junto a la Casa Museo de Thomas Mann.
Además de dar un agradable paseo por el largo paseo marítimo, se pueden realizar diferentes actividades como alquilar una bicicleta o una moto eléctrica con transportín, que es lo que hicimos nosotros. Nos costó 20€/hora.
También aprovechamos para comer en esta localidad, y la verdad es que si puedes evitarlo, evítalo, porque es bastante más cara que el resto de Lituania.
Comimos en Nerija Restaurant. Pedimos para los tres dos platos de dumplings con queso de cabra y champiñones, crema de calabaza y tres strudel. más una botella de agua, una cerveza y un café y nos costó 50€.
Playa de Nida
Muy cerca de Nida, hay una playa, que tiene muy buena pinta, con pistas de voley playa incluidas, pero cuando estuvimos nosotros, la temperatura, a pesar de ser julio, era de 19ºC, aunque tocamos el agua, y comprobamos que no estaba muy fría.
Duna de Parnidis
Nuestra siguiente visita en el istmo de Curlandia fue la Duna de Parnidis (Parnidžio kopa), que está a escasos metros de la frontera con Rusia. Está tan cerca, que mi teléfono se conectó a la red rusa y sin hacer uso de internet, ni de las llamadas, me cobraron 0,99€… y no fue más, porque enseguida, en cuanto recibí el sms del cambio de operador, quité los datos.
La Duna Parnidis se encuentra muy cerca de Nida. De hecho, se puede llegar andando porque son unos 2 km, aunque nosotros preferimos ir con el coche para ahorrar tiempo. Solo disponíamos de un día en el istmo de Curlandia, así que había que optimizar el tiempo.
No es la duna más alta del istmo (la más alta, la veríamos después), pero tiene una altura considerable. Desde arriba se tienen buenas vistas de la zona rusa del istmo de Curlandia.
Además, hay un reloj solar, aunque cuando estuvimos nosotros, estaba nublado y no se veía muy bien cómo marcaba las horas.
Reserva Natural de Nagliu
En el camino de vuelta a coger el ferry para regresar al continente, paramos en la Reserva Natural de Nagliu (Naglių gamtos rezervatas).
Se trata de un área protegida, para la que hay que pagar una entrada de 2€ por adulto (en 2019), mientras es gratis para los menores de 18 años. Eso sí, de vuelta al coche, vimos que partir de las 19.00 horas no había nadie para cobrar y se podía pasar sin problemas.
Hay un camino balizado de 1,1 km por el que se pasea por la duna y por el que se llega a la cima. Desde arriba, se ven los dos lados del istmo, el lago de Curlandia, y el mar Báltico.
Regresamos a Klaipeda en el ferry de 20.20 horas.
Cómo llegar al istmo de Curlandia y cómo moverse
Si quieres visitar la parte de Lituania del istmo de Curlandia, la única manera de llegar es en ferry que se coge en Klaipeda. En esta localidad, hay dos terminales, la vieja y la nueva. La vieja es para llegar como peatón o en bicicleta.
En cambio, la terminal nueva es para llegar con tu vehículo, algo que te recomiendo hacer porque es la mejor manera de manera para recorrer el istmo de Curlandia.
Pero si no has alquilado coche, y viajas en julio y agosto, también es posible desplazarse en autobús, o incluso, puedes alquilar una bicicleta allí y moverte de esa manera. Fuera de la temporada alta, no es recomendable utilizar el transporte público.
El precio del ferry ida y vuelta en 2019 fue de 12,50€ por coche, pero actualmente cuesta ya 13€, que se paga solo a la ida. Si viajas a pie o con bicicleta es de 1,10€ por persona.
En cuanto al horario del ferry en el que puedes llevar coche, hay ferries las 24 horas del día, aunque la frecuencia varía. En las horas centrales del día, suele haber ferries cada 20 minutos. En cambio, por la noche, solo hay uno a la hora. Para la vuelta, los horarios son similares. Los tickets se compra allí en el momento de montar.
Además, para entrar en el istmo de Curlandia, al ser un parque nacional, es preciso pagar entrada. Si viajas en coche, como nosotros, el precio en verano es de 20€ (en 2019) por vehículo. El precio es bastante inferior, 5€, si vas fuera de la temporada estival.
Dónde alojarse para visitar el istmo de Curlandia
Si dispones de tiempo, lo ideal es hacer al menos una noche en el istmo de Curlandia. Un buen lugar donde dormir es Nida o en Juodkranté . Pero si organizas el viaje con solo dos meses de antelación, como fue nuestro caso, será difícil encontrar alojamiento a un precio razonable. Y es que el istmo de Curlandia es una de las zonas más caras de Lituania.
En ese caso, la otra opción es alojarse en Klaipeda, donde hay una mayor oferta hotelera y apartamentos turísticos. Es factible hacer la excursión en un día: llegar temprano y regresar a última hora de la tarde, como hicimos nosotros.
Todos los posts del viaje por las Repúblicas Bálticas
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- Día y medio en Helsinki
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