En nuestro último viaje a Cantabria, nos adentramos en el interior de esta comunidad para acercarnos a los Picos de Europa y conocer el Valle de Liébana, una zona preciosa en la que podremos ver impresionantes paisajes de montaña, montar en el teleférico de Fuente Dé, y visitar Potes, uno de los pueblos más bonitos de España. En este post te voy a contar cómo hacer una excursión a esta zona.
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Qué ver en el Valle de Liébana
Todavía no entiendo por qué hasta nuestro tercer viaje a Cantabria, no habíamos estado en el Valle de Liébana. Supongo que el que sea una zona un tanto aislada y recóndita hizo que tardáramos tanto en ir, pero te aconsejo que no hagas como nosotros, porque es una zona que seguro que te encantará.
Los dos principales sitios que teníamos interés en conocer en el Valle de Liébana eran el teleférico de Fuente Dé y el pueblo de Potes, pero hay más atractivos en la zona, que es ideal para hacer turismo rural.
Nosotros dedicamos un día al Valle de Liébana, pero creo que lo ideal sería dos días para poder ver todo lo que ofrece, o hacer al menos una noche.
Nosotros fuimos desde nuestro alojamiento en Santillana del Mar, que queda a hora y media del Valle de Liébana, algo que consideramos poco adecuado para disfrutar de la zona. Pero surgió así porque fue un viaje organizado sobre la marcha por ser el primer verano de la Covid-19.
En un día esto es lo que vimos:
Desfiladero de la Hermida
Para llegar al Valle de Liébana, hay que atravesar el Desfiladero de la Hermida. Este desfiladero se originó por la erosión del río Deva, que discurre entre grandes paredones de roca caliza que alcanzan los 600 metros de altura.
Con sus 21 kilómetros de largo es el más largo de la Península. Por aquí discurre la sinuosa carretera N-621 que lleva hasta Potes. Esta carretera es realmente impresionante.
En el desfiladero de la Hermida hay varios miradores, siendo el de Santa Catalina el más espectacular.
Teleférico de Fuente Dé
En el corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa, en el Valle de Liébana, nos encontramos con el Teléferico de Fuente Dé. Es un teleférico que salva un desnivel de 753 metros, y en algo menos de 4 minutos te deja a 1.823 metros de altitud.
La subida en el teleférico es ya de por sí impresionante. Pero al llegar a la parte superior, el paisaje es sobrecogedor, o eso creemos, porque tuvimos mala suerte con el tiempo.
Así que mi consejo para montar en el Teleférico de Fuente Dé y poder disfrutar de unas vistas de infarto es: mira antes la previsión del tiempo. Nosotros no lo hicimos pues como hacía buen día donde estábamos alojados, dimos por supuesto que estaría bien el tiempo en Fuente Dé.
Además, otra recomendación es que eches también un vistazo a la webcam que tiene el portal del Teléferico de Fuente Dé, donde podrás ver en tiempo real cómo está la situación atmosférica y cuál es la temperatura. Si hay niebla, no merece la pena subir.
Al no comprobar la previsión del tiempo y no mirar la webcam (porque desconocíamos que existía), nos topamos con un día gris y con muchísima niebla en Fuente Dé.
Al llegar ya había algo de niebla, como pudimos ver en una pantalla que tienen donde se compran las entradas. Pero como habíamos hecho un largo camino hasta allí y teníamos planes para los pocos días que nos quedaban en Cantabria, decidimos subir igualmente.
A pesar de todo, la subida en teleférico nos encantó. Pero no disfrutamos de esas impresionantes vistas que hay desde la estación superior El Cable.
Aquí hay un mirador desde el que se divisa una extraordinaria panorámica de los Picos de Europa. Eso sí, no es apto para los que tienen vértigo, porque el mirador parece suspendido en el aire, con el suelo enrejado por el que se puede ver la parte inferior de Fuente Dé.
Desde ahí arriba hay dos opciones para regresar: volver en teleférico también o hacer alguna de las rutas de senderismo que salen de ahí. Nosotros, al ver el mal tiempo que había optamos por volver en teleférico. No habríamos disfrutado de la ruta con tanta niebla.
De hecho, nos alejamos un poco de la estación para ver los alrededores, y la niebla cada vez era más y más espesa.
Las entradas se pueden adquirir en ventanilla, y también on line… Pero dado que el tiempo puede ser muy cambiante en esta zona, te recomiendo que lo hagas en ventanilla, salvo que tengas claro que vas a subir haga el tiempo que haga.
Suele haber colas, pero nosotros no tuvimos que esperar demasiado (no sé si fue por el mal día que hacía en Fuente Dé o por ser el primer verano de Covid, que todo estaba más vacío de lo habitual). Otra opción es sacar la entrada on line para evitar las colas.
En cuanto al precio, el billete de adultos ida y vuelta cuesta 18€ en temporada alta (1€ en temporada baja), 11€ si solo es ida. Y en el caso de los niños (de 6 a 12 años) ida y vuelta es de 7€ en temporada alta (un euro menos en temporada baja) y 4€ solo ida.
Si vas a Fuente Dé, en el Valle de Liébana, aunque no hagas ninguna ruta de senderismo, te recomiendo que vayas con buen calzado y ropa adecuada. El tiempo en la parte superior puede ser muy cambiante, y la temperatura suele ser más baja. Aunque vayas en verano, en la parte superior puede hacer frío.
Nosotros vimos gente con sandalias y manga corta y hacía bastante frío en las alturas. Así que lleva buen calzado y una chaqueta.
Monasterio de Santo Toribio de Liébana
No muy lejos de Fuente Dé, de camino a Potes, nuestro siguiente punto en la ruta de ese día por el Valle de Liébana, nos desviamos para llegar al Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Se trata de uno de los cuatro lugares santos de peregrinación cristiana, junto con Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela. Seas o no creyente, este lugar tiene bastante interés por su patrimonio histórico-artístico.
En el monasterio de Santo Toribio de Liébana se encuentra la reliquia del Lignum Crucis, el fragmento de mayor tamaño que se conserva de la Cruz de Jesucristo. Antes de la pandemia, al parecer, se permitía incluso tocarlo. Ahora tan solo lo exponen en el baldaquino situado en el centro de la capilla.
Aunque la actual iglesia data del siglo XIII, el monasterio se fundó en el siglo VI. En este lugar, en el siglo VIII vivió el Beato de Liébana, autor de los ‘Comentarios al Apocalipsis’, una joya por sus ilustraciones. Y fue aquí precisamente donde escribió su obra.
La iglesia tiene una Puerta del Perdón, que se debió construir posteriormente, en torno al siglo XV o siglo XVI, con detalles decorativos del Gótico. En el interior, destacan los capiteles del ábside central, donde están representadas escenas de la vida de Santo Toribio.
Todos los días hacen visitas guiadas gratuitas. Por ahora, solo se puede visitar la iglesia, pero no el claustro que está cerrado por motivos sanitarios. Nosotros coincidimos con una de estas visitas, que son a las 17.30 horas.
Potes
Está considerado como uno de los Pueblos Más Bonitos de España y no le faltan razones para serlo. Se trata de un pueblo pequeño rodeado de un paisaje precioso, y con callejuelas con encanto y caserones de otros tiempos.
Potes, capital de la comarca de Liébana, es conocida como la villa de los puentes, de ahí su nombre, y de las torres, de las que destacan la del Infantado, que es actualmente una sala de exposiciones y la de Orejón de la Lama, ambas del siglo XV.
Nada más llegar a Potes, nosotros nos dirigimos a la Oficina de Turismo, que se ubica sobre la antigua iglesia de San Vicente Mártir, y que acoge también el Centro de Estudios Lebaniegos.
Junto a la Oficina de Turismo está la iglesia de San Vicente, declarado Monumento Histórico Artístico, que en realidad son dos iglesias. Destaca por tener en su interior valiosos retablos procedentes del antiguo Convento de San Raimundo.
De allí, seguimos hacia la Torre del Infantado, construida en el siglo XV y que perteneció al Marqués de Santillana, y posteriormente al Duque del Infantado. También llegó a ser cárcel.
Actualmente es el Ayuntamiento y también acoge la exposición permanente de los facsímiles del Beato de Liébana y otras exposiciones temporales. Cuando estuvimos nosotros la exposición temporal era sobre trajes de la Edad Media. Desde el mirador de la torre, hay buenas vistas de la localidad y de los Picos de Europa.
La otra torre que merece la pena visitar es la Torre del Capitán, donde se ubica la Casa del Oso, un espacio donde se puede conocer más sobre el oso pardo, una especie en peligro de extinción.
En medio de Potes está la Plaza del Capitán Palacios, una plaza con soportales en un lateral, y con un bonito templete en el centro, que sirve de escenario para celebraciones.
Pero lo mejor de Potes es callejear y perderse por sus callejuelas, por el Casco Viejo, donde podemos contemplar los puentes de San Cayetano y de la Cárcel, y por el bonito barrio de Solana, donde hay antiguas casas solariegas. En este barrio, pasa por la plazuela de Cimavilla.
Y si eres de los que les gusta el turismo gastronómico, no puedes dejar de degustar el cocido lebaniego, a base de los garbanzos típicos de la zona, cecina o carne, berza y relleno.
Qué más ver y hacer en el Valle de Liébana
Mogrovejo
No muy lejos de Potes, se encuentra Mogrovejo, una pequeña aldea que recientemente ha recibido el título de uno de los Pueblos Más Bonitos de España. Este pueblecito tiene casonas de arquitectura popular. En 2016, se rodó la película ‘Heidi’.
El edificio más antiguo conservado es la torre de finales del siglo XIII. Tiene una iglesia probablemente del siglo XVII y las casonas del XVII y del XVIII.
Rutas de senderismo en Fuente Dé
Una de las rutas que se pueden hacer en Fuente Dé es la de Puerto de Áliva, que sale de la estación El Cable y desciende hasta Fuente Dé. Son 14,5 kilómetros, y al parecer es una ruta fácil y accesible para todos, que se puede hacer en unas 4 horas y media aproximadamente. Se pasa por las praderías de Áliva y bosques de hayas y robles.
Hay una opción más breve, si no se quiere hacer la ruta completa, que es hacer un tramo, solo hasta el hotel refugio de Áliva, y luego volver de nuevo a la estación de El Cable. Es un recorrido de unas dos horas.
Balneario de La Hermida y aguas termales
En medio del Desfiladero de La Hermida, está el pueblo de la Hermida, un pueblo pequeñito conocido por sus aguas termales.
En este pueblo encontramos el Balneario de La Hermida, que es de pago, pero también hay pozas de aguas termales, que se ubican en frente del balneario, en las que se puede uno bañar de manera gratuita.
Son cuatro piscinas naturales en el río Deva de las que mana agua a casi sesenta grados centígrados.
que bonito pueblo, no lo conocía 😀