Fuerteventura es la segunda isla más grande de las Canarias, y la tercera que hemos conocido tras Tenerife y Gran Canaria. Tres días puede ser un tiempo escaso para visitar Fuerteventura al completo, pero organizándote bien, le podrás dar un buen bocado y descubrir algunos de los rincones imprescindibles de esta isla que tiene preciosas playas vírgenes del país, así como impresionantes paisajes desérticos que nos recordaron a los que vimos en nuestro viaje por la Costa Oeste de Estados Unidos y en nuestro roadtrip por Israel.
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Ruta de casi tres días por Fuerteventura
Nosotros pasamos casi tres días completos en Fuerteventura, aunque el primer y el tercer día tuvimos los vuelos de ida y vuelta a la isla. En este post, te voy a mostrar qué ver en ese poco tiempo. Dividí la isla en tres partes: norte, sur y centro, y cada día lo dedicamos a una de esas zonas.
Día 1. Madrid – Fuerteventura: ruta por el norte
Nuestro vuelo de Madrid a Fuerteventura llegó a mediodía a la isla, así que entre coger el coche de alquiler, hacer el check-in en nuestro alojamiento y comer, cuando quisimos ya empezar las visitas era cerca de las 16.00 horas.
Mirador de Vallebrón
Comenzamos nuestro recorrido por Fuertenventura en el mirador de Vallebrón, (su nombre oficial es mirador de la Degollada de Valle Grande). Se trata de un mirador ubicado en la ladera de la Montaña de la Muda, y desde el que se tienen unas vistas estupendas de la zona noroeste de la isla, pero sobre todo, desde el que se puede ver la montaña sagrada de Tindaya.
Esta montaña fue una de las primeras formaciones que surgieron en Fuerteventura en el escudo volcánico de Tetir. Los aborígenes atribuían a Tindaya propiedades mágicas. De hecho, en la montaña se han encontrado de 300 grabados con forma de pie.
Muy cerca del mirador, se encuentra Tindaya, uno de los pueblos que se recomienda visitar en Fuerteventura, pero nosotros no teníamos mucho tiempo y nos conformamos con hacernos unas fotos junto a las letras del pueblo que están junto a la carretera.
Faro del Tostón
Seguimos nuestro camino hacia El Cotillo, un pequeño pueblo pesquero, con bonitas playas vírgenes, por un lado, y las lagunas con aguas cristalinas y arena blanca, por otro. Entre las playas que merecen la pena ver: La Concha, Los Lagos y Los Charcos. Dicen que la de La Concha es una de las mejores donde hacer snorkel en la isla. Además, es muy tranquila y con apenas oleaje, y tiene una arena blanca y fina.
En El Cotillo, se encuentra el bonito faro de El Tostón, que alberga también el Museo de Pesca Tradicional. Cuando llegamos nosotros ya estaba cerrado y no pudimos visitarlo, pero dicen que es bastante interesante.
Pop Corn Beach
Nuestra siguiente parada es una de las dos playas conocidas como Pop Corn Beach, porque en lugar de fina arena blanca o dorada, lo que tienen son unas pequeñas rocas que parecen palomitas de maíz. Estas playas se encuentran entre Majanicho y Corralejo. Nosotros paramos en concreto en la de Majanicho, pero hay más que se encuentran en la carretera que une ambos municipios.
Estas supuestas palomitas de maíz en realidad son rodolitos, que no es otra cosa que restos de alga calcárea que ha sido arrastrada hasta la orilla. Con la erosión, adquieren la peculiar forma de palomita de maíz.
Es importante no llevarse ninguna “palomita”, porque en los últimos tiempos se han hecho muy populares estas playas y si todos los que vamos nos llevamos una, no quedará nada en breve, pues tardan muchos años en formarse esos rodolitos. Además, está terminantemente prohibido y si te interceptan con alguna, te multarán.
Dunas de Corralejo
La última visita del día fue a las Dunas de Corralejo, donde pudimos disfrutar de un bonito atardecer. Es uno de los mejores momentos para visitar esta zona. La luz le da un tono increíblemente bello.
El Parque Natural de las Dunas de Corralejo acoge un auténtico desierto a pocos pasos de la playa. Nos recordó mucho a las Dunas de Maspalomas que vimos hace unos meses en Gran Canaria. Gracias a los vientos alisios, el paisaje cambia cada día.
Se encuentra en el entorno de la localidad de Corralejo, otro de los bonitos pueblos que se pueden visitar en Fuerteventura. Como ya se nos hizo de noche en las dunas, no fuimos a ver el pueblo, así que lo tenemos pendiente para la próxima vez en la isla.
Aquí en esta zona se encuentran las mejores y más bonitas playas de Fuerteventura, de aspecto paradisiaco, con arena blanca y agua azul turquesa.
Día 2. Sur de Fuerteventura
Mirador de Sicasumbre
Madrugamos y poco después de las 8.00 horas ya estamos en el coche de camino a la primera parada del día: el mirador astronómico de Sicasumbre, desde el que se tienen unas vistas impresionantes de la parte sur de la isla, en concreto, del Parque Natural de Jandía, la Degollada del Viento, Montaña Hendida y el Monumento Natural de Montaña Cardón.
Dicen también que es un lugar perfecto para ver las estrellas durante la noche. De hecho, hay carteles informativos que explican las constelaciones que se pueden ver.
Villa Winter
A continuación nos dirigimos a la Villa Winter, que es famosa por su presunta vinculación con los nazis. Fue una mansión que construyó un ingeniero alemán, Gustav Winter, en los años 40 del siglo pasado. Y según la leyenda, a esta casa vinieron nazis huyendo tras la Segunda Guerra Mundial.
Por un donativo, los actuales propietarios y habitantes, Pedro Fumero y su mujer, te muestran el interior de algunas zonas de la casa. En Google, viene el horario en el que te pueden enseñar la casa, que tiene dos planta, un sótano-búnker, y una torre en la parte noreste con una vista de 360 grados.
En la primera planta, en una sala tienen objetos que han encontrado en la casa, que tienen que ver con ese supuesto pasado nazi, como torpedos, emisoras antiguas…
Además, te hacen una visita guiada por lo que ellos dicen que es el búnker de la casa e incluso el quirófano, donde muchos nazis habrían cambiado su rostro antes de huir a Latinoamérica, y hasta te enseñan un supuesto horno crematorio, al estilo de los que hay en campos de concentración alemanes.
Todo eso es lo que nos contaron en la casa. Los propietarios nos hablaron de la existencia de habitaciones tapiadas, incluso de un nivel por debajo del sótano que está tapiado, de probetas y de misteriosos sistemas de comunicación que hallaron en la vivienda, o incluso, nos hablaron de túneles ocultos por los que pudieron pasar submarinos nazis.
Lo que más llama la atención de esta mansión es su emplazamiento en Fuerteventura: en un paraje de difícil acceso, y sin otras construcciones cercanas. De hecho, para llegar, hay que hacerlo por lo que sería un camino de cabras, que se tarda en recorrer casi una hora.
Playa de Cofete
Muy cerca de la Villa Winter, encontramos la playa de Cofete, ubicada en el Parque Natural de Jandía. Así que aunque no te interese la casa, para ver esta fantástica playa salvaje, tendrás que recorrer el mismo camino de cabras.
Se trata de una playa de arena dorada, sin apenas gente, rodeada de montañas. No es una buena playa para bañarse, porque suele haber corrientes y puede ser peligroso. Al ser una playa salvaje, no cuenta con servicio de salvamento, ni ningún otro tipo de servicios.
Playa de Morro Jable
Tras comer en el restaurante La Cofradía, ubicado en el Puerto Pesquero de Morro Jable, nos dirigimos a la playa de Morro Jable, que es la imagen de playa paradisíaca que cualquiera puede tener en su mente: fina arena blanca y aguas azul turquesa. Cuenta con salvamento, duchas y servicios.
Eso sí, nos sorprendió encontrar a algunas personas haciendo nudismo, aunque eran pocas personas, pues la mayoría llevaba bañador.
Faro de Morro Jable
Tras pasar un rato en la playa, disfrutando del agua y el sol, nos dirigimos a ver el faro de Morro Jable, junto a la playa del Matorral de Jandía. No es tan vistoso como el fato del Tostón, pero si te gustan los faros, seguro que te gusta. A sus pies, se encuentra el saladar de Jandía, un humedal, que es espacio natural protegido.
Playa de Sotavento
En Costa Calma, encontramos otra playa salvaje, la de Sotavento, que también tiene arena blanca y aguas azul turquesa, aunque nosotros cuando estuvimos nos la encontramos muy revuelta y con grandes olas por el fuerte viento que soplaba en ese momento. Es una playa ideal para deportes como el windsurf, el surf y el kitesurf. De hecho, cada año se celebra en esta playa un campeonato mundial de kitesurf.
Playa del Mal Nombre
La siguiente parada fue en la playa del Mal Nombre, con arena dorada y aguas azul turquesa. Suele ser una playa tranquila, con poca gente. Tiene un pequeño chiringuito de playa. Aquí, al igual que en la anterior, hicimos una breve parada para hacer unas fotos de esta bonita playa.
Día 3. Fuerteventura: ruta por el centro
Molinos de Villaverde
Otro día más, madrugamos y antes de las 8.00 horas, ya vamos de camino hacia nuestra primera visita: los molinos de Villaverde. Fuerteventura llegó a tener un millar de molinos para extraer agua o para moler cereal, aprovechando los vientos alisios que soplan en la isla, pero ahora tan solo queda poco más de una veintena.
De esos que quedan en pie, están los de Villaverde, dos molinos que se encuentran uno al lado del otro, sobre un cerro en el municipio de La Oliva. Tienen cuatra aspas y servían para moler cereal como el gofio, muy típico en las Canarias.
Molino y Molina de Tefía
De allí, pusimos rumbo a Tefía donde encontramos un molino y una molina. La diferencia entre ambos es que el molino es un edificio circular, mientras que la molina es un edificio rectangular y de una sola planta. El molino de Tefía tiene seis aspas.
Museo del Queso Majorero
Después de las visitas a los molinos, nos dirigimos al Museo del Queso Majorero, un museo donde podemos conocer un poco más sobre la historia de la isla en general, pero también sobre el queso majorero, típico de Fuerteventura, y que es el primer queso de cabra que consiguió la denominación de origen.
La entrada cuesta 4€ los adultos y 2,5€ los niños. Es un museo muy interactivo, en el que todo se puede tocar, algo que hizo las delicias de nuestra hija. En el museo pudimos conocer cómo fue el origen volcánico de la isla, y también cómo se hace el queso majorero, que está hecho con leche obtenida de cabras majoreras, una especie que es autóctona de Fuerteventura.
En el recinto del museo, hay uno de los molinos que quedan en la isla y al que se puede entrar por dentro, y también un peculiar jardín de cactus, donde se puede contemplar diferentes especies de cactus propias de las Canarias, pero también de África y América.
Mirador de Guise y Ayose
De camino a Betancuria, que es nuestra siguiente visita, nos encontramos con el mirador de Guise y Ayose, desde el que hay unas increíbles vistas del norte de la isla y el valle de Betancuria.
En este mirador hay dos esculturas enormes, de casi cinco metros de altura que representan a Guise y Ayose, dos antiguos reyes aborígenes que controlaban los pueblos de Jandía y Maxorata antes de la conquista española.
Betancuria
Considerado como uno de los Pueblos Más Bonitos de España, Betancuria fue capital de Fuerteventura durante varios siglos, entre 1405 y 1834. Fue fundada por Jean de Bethencourt, que eligió un valle en el centro de la isla para la defensa de los piratas.
Es un pueblo pequeñito. Lo mejor es callejear sin rumbo por sus callecitas y disfrutar del ambiente colonial que tiene.
Puerto del Rosario
Nuestra última visita en Fuerteventura fue a la capital de la isla, Puerto del Rosario, que antes se llamaba Puerto Cabras. No suele incluirse las visitas que se considera imprescindible, pero la elegimos por su cercanía al aeropuerto, ya que esa tarde, hacia las 18.00 horas teníamos que estar en el aeródromo.
En primer lugar, nos dirigimos a la Casa-Museo de Miguel Unamuno. El escritor estuvo desterrado en la isla en 1924 por el régimen de Primo de Rivera y estuvo viviendo el Hotel Fuerteventura, que es ahora la Casa-Museo. Pero no pudimos visitarla, porque solo está abierta en horario de mañana y de lunes a viernes, y era ya por la tarde.
Luego dimos un paseo por el casco viejo, vimos la iglesia de Nuestra Señora del Rosario por fuera, y recorrimos la calle peatonal Primero de Mayo, una calle muy comercial y llegamos hasta el puerto, donde se encuentran las letras con el nombre de a ciudad.
Como última visita nos acercamos a ver la playa de Puerto Lajas, que tiene arena negra volcánica. Nos faltó tiempo para ir a los antiguos Hornos de Cal, que es otra de las visitas que recomiendan en Puerto del Rosario.
Qué más visitar en Fuerteventura
Por falta de tiempo hay sitios que no pudimos visitar y que nos habría gustado conocer:
- Isla de Lobos: una pequeña isla enfrente de Corralejo. Desde el puerto de esta localidad salen varios ferries a lo largo del día, unas 4 ó 5 al día, según la época. Además, hay water taxis, con los que acuerdas la hora de ida y vuelta.
- Cuevas de Ajuy: en el pueblo costero Ajuy, además de ver una bonita playa de arena negra, se pueden visitar unas peculiares cuevas.
- Volcán Calderón Hondo: se ubica en el pueblo de Lajares, y podrás realizar un trekking hasta la caldera. Hay dos caminos, uno más corto, pero más empinado, y otro más largo, pero menos empinado. Al parecer, por el camino corto se tarda unos 45 minutos.
- Arco de las Peñitas: en el barranco de las Peñitas se encuentra este arco que se ha hecho muy famoso en las redes sociales. Para llegar a él, hay que hacer una pequeña ruta de senderismo de unos 45 minutos, solo ida. Al parecer, el acceso no es fácil y el camino no está muy bien señalizado.
- Ver con calma los pueblos de Corralejo, El Cotillo, Morro Jable, Tindaya.
- Piscinas naturales: está la de Aguas Verdes y otra en Caleta de Fuste.
Dónde alojarse en Fuerteventura
Nos alojamos en Caleta de Fuste, que está a pocos kilómetros del aeropuerto. Elegimos esta localidad porque está más o menos en el centro de la isla. Pero si hubiéramos ido más días, habríamos elegido una base en el norte de la isla, en Corralejo o El Cotillo, y otra base en el sur, en Morro Jable o Costa Calma.
En concreto, estuvimos en un estudio en los Apartamentos Villa Florida con una habitación, con cocina americana, salón con sofá cama, baño y una terraza. El estudio estaba muy limpio y bien equipado, pero no tenía ni gel lavavajillas, ni estropajo, ni jabón de manos, ni gel.
Tampoco disponía de aparcamiento, pero no tuvimos problemas para aparcar en la misma calle. Cuenta con piscina, aunque tiene un horario un tanto limitado: de 10.00 a 18.00 horas. El precio de dos noches fue de 105€.
Cómo llegar y moverse por la Fuerteventura
Dos semanas antes buscamos los vuelos para Fuerteventura en Skyscanner, y los compramos en Ryanair. Volamos solo con un bulto pequeño, el que se mete debajo del asiento, como equipaje de mano. Como extra, pagamos la selección de asiento. El precio fue de 135€.
Para movernos por la isla, o mejor es hacerlo en coche de alquiler. Nosotros alquilamos un coche pequeño, un Fiat 500. Revisamos precios en Autoeurope, pero al final alquilamos en Cicar, una compañía canaria que tiene buenos precios. En la tarifa están incluidos de manera gratuita el seguro a todo riesgo, un segundo conductor y sistema de retención infantil. El precio fue de 101€.
Seguro de viaje
Desde que empezó la pandemia, ya no viajamos sin seguro de viaje, incluso viajando por España, en especial si cogemos algún vuelo, como era el caso. Así que para viajar aFuerteventura cogimos el seguro MONDO, la modalidad Tranquilidad, que incluye cobertura Covid-19 por un precio más que razonable.
Presupuesto
- Vuelos: 135€.
- Alojamiento: 105€.
- Coche de alquiler: 101€.
- Comida:
- Entradas: 10€
- Seguro: 23,57€
Hola
Y este tipo e viajes en el que veis mil cosas en un día y nada enfocado para niños es lo que os está generando contenido?
No entiendo muy bien la pregunta.
Pero te cuento. En los viajes, no es necesario hacer que todas las actividades estén enfocadas a los niños. Nuestra hija disfruta igual que nosotros de los sitios que visitamos. En este viaje, por ejemplo, disfrutó de la playa y de corretear por los pueblecitos.