Hacía años que tenía ganas de visitar Meteora, un lugar espectacular con sus monasterios del siglo XVI que parecen suspendidos en el aire, y poder disfrutar de su atardecer. Desde que vi la primera foto, hace por lo menos 15 años, figuraba en mi lista de destinos soñados. Así que en nuestro viaje con nuestra hija por Grecia de 16 días, tenía que incluir en la ruta una visita a esta zona del norte de Grecia.
Como ya os contamos en otro post, Meteora se encuentra en la provincia de Tesalia, entre las localidades de Kalampaka y Kastraki. Además de querer visitar los monasterios, una cosa tenía clara: ver su atardecer.
No tiene la fama de otros sitios en Grecia como Santorini, pero por las fotos que había visto tenía pinta de ser también precioso. De hecho, si se viaja Meteora, además de visitar los monasterios, que son Patrimonio de la Humandidad, es recomendable admirar la puesta del sol desde alguno de los miradores desde los que se pueden contemplar las clásicas estampas de los monasterios suspendidos en el aire.
Así que con esa idea decidimos hacer el ‘Sunset tour’ de Visit Meteora que tiene precisamente como finalidad disfrutar del atardecer en la zona.
‘Sunset Tour’ de Visit Meteora
Con una minibus, nos recogieron a ñas 16.00 horas en nuestro alojamiento y recorrimos la zona con una guía de Visit Meteora que nos fue explicando en inglés con tanto el fenómeno geológico de las formaciones rocosas de Meteora como todo lo relacionado con la religión y la vida en los monasterios y todo el arte que se encuentra en su interior. En la actualidad en Meteora viven unos 80 monjes y monjas.
También es posible hacer el tour en español, aunque no siempre está disponible. De hecho, cuando nosotros reservamos, para ese día no tenían grupo formado en español. Así que antes de contratar, pregunta, por si acaso.
La minibús fue recogiendo gente de Kalampaka y de Kastraki hasta formar un grupo de unas 10-12 personas, antes de poner rumbo hacia el primer punto que visitaríamos: el monasterio de San Esteban, que es el que cierra más tarde de todos y el que es también el más accesible sin tener que subir ni bajar un montón de escaleras.
Tanto si llevas pantalones cortos, faldas cortas o pantalones largos, las mujeres, para entrar en los monasterios tienen que hacerlo con una falda larga hasta por debajo de las rodillas. Afortunadamente, en la entrada del monasterio, hay pareos para poder ponértelos a modo de falda. La entrada al monasterio no está incluida en la excursión, pero solo son 3 euros por persona. Los niños menores de 6 años no pagan entrada.
De allí, fuimos parando en diferentes miradores desde los que observar distintas perspectiva de Meteora. Por el camino, la guía fue explicándonos algunos detalles de Meteora y algunas curiosidades, como cuando se fundó el primer monasterio o qué películas se han rodado o ambientado en la zona, como una de las de la saga de James Bond, Solo para sus ojos, o Juego de Tronos (aunque estos usaron en realidad una reproducción digital del paisaje de Meteora porque no les dejaron grabar aquí).
Además, de paradas en los miradores, también nos llevaron a visitar la iglesia bizantina de la Asunción o Panagia, en Kalambaka, una iglesia del siglo X-XI, muy bonita que merece la pena ver, y que está construida sobre lo que fue inicialmente un templo al dios Apolo, que se construyó en el siglo IV a.C. En ella, nos estuvo explicando cosas de la religión cristina ortodoxa que es la que predomina en Grecia. La entrada tampoco está incluida en la excursión. Son 2 euros por adulto.
También la guía nos enseñó las ruinas de antiguos monasterios, también los primeros que se fueron excavados en la roca en la zona, y cuevas donde se refugiaron los primeros monjes ermitaños que llegaron a Meteora.
La última parada del tour es en un mirador desde el que se tiene una estupenda perspectiva de toda Meteora con el sol cayendo entre las montañas. Tuvimos mala suerte y ese tarde estaba nublada, por lo que no pudimos apreciar el atardecer en todo su esplendor.
El mirador desde el que se hace la foto típica con el monasterio de Roussanou en primer plano cuenta con un parking justo al lado.
Aunque se sigue un ritmo adecuado para hacer fotos y disfrutar de la zona, bien es cierto que aunque se llama ‘Sunset Tour’, la excursión finaliza un poco antes de que se ponga el sol (si vas en verano como nosotros).
En el último mirador es donde más tiempo te dejan para hacer fotos, pero no terminarás de ver cómo cae el sol. Así que si quieres fotografiar ese momento al completo, tendrás que quedarte en el mirador y volver por tus propios medios a tu alojamiento. Andando se tarda alrededor de hora y media, pues hay unos 6,5 km de distancia hasta Kalambaka.
Nosotros estuvimos barajando quedarnos en el mirador, pero entre que la tarde estaba nublada y no se vería bien el atardecer, y que con la niña, nos parecía un poco excesivo andar tanto ya de noche, decidimos regresar con la minibús a Kalambaka.
Al final de la excursión, te suelen dejar en tu alojamiento o donde les pidas. En nuestro caso, queríamos ir a cenar, así que la guía de Visit Meteora nos recomendó algunos restaurantes y en uno de ellos nos dejaron, en la Taverna To Paramitri, donde pudimos disfrutar de la rica gastronomía griega a buen precio y con música griega en directo.
[su_box title=”Precios del Sunset Tour” box_color=”#22c5b8″]
- Adultos: 35€
- Niños entre 3 y 15 años: 15€
- Estudiantes entre 16 y 25 años: 25€
- Pareja: 60€
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Nota: Este post, que se corresponde con nuestra experiencia personal realizando la excursión Sunset Tour ha sido posible gracias a una colaboración con Visit Meteora.
Meteora es alucinante, a nosotros nos encantó. Una pena que la visita no dure hasta el atardecer.
A mí me encantó! Me habría gustado quedarme un día más al menos! Sí dura hasta el atardecer… pero no hasta que se va el sol. Acaba un poquito antes.
No me extraña que fuese uno de tus sueños, a partir de ahora Meteora forma parte de uno de los míos. qué maravilla! Esto ha sido amor a primera vista.
Un abrazo
Carmen
Eso es justo lo que me pasó a mí hace ya unos cuantos años!!! jejeje Fue amor a primera vista! Sabía que algún día tenía que ir!