Venecia, junto con París, está considerada una de las ciudades más románticas del mundo. Aunque sea una turistada, en un viaje a la “Serenísima”, que es como se llama a esta ciudad, no puede faltar un paseo en góndola, y da igual que visites la ciudad con tu pareja o incluso si viajas con niños. Y es que estas tradicionales embarcaciones son más que un medio de transporte, pues forman parte de la esencia de Venecia y son todo un icono. Tampoco puede faltar una visita a la principal plaza de la ciudad: la Piazza di San Marcos.
DÍA 1
Nuestro viaje por Croacia comenzó en Venecia porque encontramos unos vuelos a buen precio y desde allí había buena conexión con la Península de Istria. Tras una escala en Roma de hora y media, llegamos a Venecia, una ciudad a la que hacia tiempo que le teníamos ganas.
[su_box title=”Cómo llegar del aeropuerto de Marco Polo a Venecia” box_color=”#22c5b8″]
El aeropuerto de Marco Polo está a unos 8 km de la ciudad. Hay varias formas de ir:
- Autobús Línea 5-Aerobús. En unos 30 te deja en Piazzale Roma. El precio es de 8 €.
- Autobús azul ATVO: En unos 20 minutos te deja también en Piazzale Roma. Es más rápido porque no hace paradas intermedias. El precio es de 8 € por trayecto actualmente (a nosotros nos costó 6 € en junio).
- Autobús acuático Alilaguna: Hay tres líneas. La línea rossa (roja) que conecta con Murano, Lido, Arsenale y termina en San Marco; la línea arancia (naranja) que recorre el Gran Canal y pasa por Santa Maria del Giglio y Rialto y termina en San Marco; y la línea blu (azul) que pasa por San Marco y acaba en la Terminal de Cruceros. Tardan entre una hora y hora y veinte minutos, dependiendo de a qué zona vayáis. El precio es de 15€ solo ida y de 28€ ida y vuelta.
- Tren: la línea 15 une el aeropuerto con la estación de ferrocarriles de Mestre, que no está en la isla de Venecia, sino en tierra firme. Desde la Estación de Mestre se puede tomar un tren que pasa cada 30 minutos a la Estación de Venecia Santa Lucia, que es la que está en la isla propiamente dicha. No sé cuál es el precio de estos trenes.
- Taxi acuático: el precio puede ascender a más de 100 €.
- Vaporettos ACTV: Si llegas a Piazzale Roma o la estación de Santa Lucía, probablemente tendrás que coger otro transporte para llegar al alojamiento. Los vaporettos funcionan en Venecia como autobuses urbanos. El precio de un billete sencillo que vale para usarlo durante 75 minutos es de 7,50 € en la actualidad (a nosotros nos costó 7 €). También hay otros billetes que valen para 24 horas, 72 horas y una semana.
Si optas por autobús de Aerobus + vaporetto, existen unos billetes combinados que valen 14 € solo ida. [/su_box]
Nosotros optamos por coger el autobús azul ATVO porque era el más rápido. Nos dejó en la Piazzale Roma en unos 20-30 minutos, donde conectamos con uno de los vaporettos Actv hasta llegar a Zattere, que era la parada más cercana a nuestro alojamiento en Dorsodouro.
El encanto de Venecia se lo dan sus canales…, pero al a hora de ir tirando de las maletas, o si llevas un carro de bebé, puedes llegar a odiarlos. Nosotros no llevábamos silla para Iris, sino que usamos la mochila portabebé…, pero ir con las maletas subiendo y bajando puentes para atravesar pequeños canales hasta llegar al alojamiento nos resultó muy pesado. Y eso que no quedaba lejos y estaba como a unos 5-10 minutos (pero claro, 5-10 minutos sin tener que acarrear con nada).
Llegamos al B&B Casa di Sara un poco pronto y no estaba nuestra habitación lista, pero nos dejaron otra habitación para poder cambiarnos de ropa (porque hacía mucho calor en Venecia aquel día, y nosotros íbamos algo abrigados). La verdad es que se portaron muy bien porque la hora establecida de entrada era las 14.00 horas, y no eran ni las 13.00 horas y nos dejaron una habitación. También al pagar en efectivo, nos hicieron un descuento.
Tras dejar las cosas, fuimos a comer cerca del alojamiento. Fue una de las comidas más baratas en Venecia. Fue en un pequeño restaurante en la Via Toletta, pero la verdad es que no apunté el nombre. Comimos bien por 41,5€ los tres.
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Qué hacer en la primera tarde en Venecia:
El planning para esa primera tarde era tranquilo: solo callejear, llegar hasta San Marco, entrar si no había mucha cola y subir al Campanile. Habíamos madrugado mucho porque nuestro primer vuelo salió a las 6.15 horas y no teníamos ganas de hacer mucho más ese primer día.
De camino a San Marcos, al pasar por el puente de la Academia vimos una parada de góndolas y decidimos montar. Hay precios fijos para montar en góndola. El precio más bajo es 80 € por un paseo de unos 35-40 minutos. Si coges la góndola al atardecer, el precio se encarece, al igual que también se encarece si pides que te canten una serenata. Nosotros cogimos el plan básico. En la góndola caben unas seis personas. Así que si viajas con dos o tres niños, o con otras parejas, es posible montar todos juntos sin problemas.
En nuestro paseo, circulamos un pequeño tramo por el Gran Canal y ya se metió por el barrio de Dorsodouro, y por allí transcurrió el recorrido. La verdad es que pensamos qué el recorrido sería como quisiéramos, pero al parecer, depende de dónde lo cojas, recorre una zona u otra. Lo mejor es preguntar antes de montar. Nosotros no preguntamos y fue un error, porque tal vez hubiera sido más interesante el recorrido por otra zona de Venecia.
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¿Merece o no la pena montar en góndola? Todo depende del presupuesto que tengas. Evidentemente no es algo barato, pero también creemos que es algo que solo se puede hacer en Venecia y forma parte de su atractivo. El paseo es agradable, y nosotros que estábamos cansados del madrugón, nos supo a gloria. Además, a la niña le encantó montar en “barco”, como decía ella. Y puede ser una manera distinta de ver Venecia. Pero es cierto que es una actividad bastante cara, incluso si coges la opción “barata”.
Otra opción más económica de recorrer los canales es con los vaporettos o incluso con los traguettos. Estos últimos son góndolas colectivas que lo que hacen es atravesar el Gran Canal por donde no hay puentes. El trayecto en traguetto dura un par de minutos y el precio es de 0,50 € nada más. Los vaporettos, como decía antes, son como autobuses urbanos que circulan, en su mayoría por el Gran Canal o por los alrededores de la isla de Venecia.
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La góndola nos dejó donde nos cogió. Así que continuamos con nuestro paseo hasta la plaza San Marcos. Fuimos paseando con calma pasando por la Piazzale San Maurizio, también junto a la Iglesia de Santa María de Giglio, y por pequeñas calles atestadas de gente. Venecia es una de las ciudades con más turistas que hemos visto en nuestros viajes. Y finalmente llegamos a San Marcos que es de verdad imponente y una de las más bonitas que hemos podido ver en el mundo.
La Plaza de San Marcos
Se encuentra en el centro de Venecia. Mide 180 metros de largo por 70 de ancho. Empezó a construirse en el siglo IX, pero su forma actual data de 1177. Es la única piazza de Venecia porque las demás son piazzales o campos.
San Marcos es el lugar de menor altura de Venecia, por eso cuando hay lo que se llama acqua alta, es de lo primero que se inunda. Pero aún así se puede visitar porque se instalan pasarelas por la plaza y eso ocurre cuando sube la marea unos 90 cm. Este fenómeno es frecuente que se produzca en invierno y primavera.
¿Qué ver en la Plaza de San Marcos?
Los edificios más importantes son la Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal, el Campanile (el campanario de la basílica que se encuentra separado de la misma) y la Torre dell’Orologio. También destacan las Columnas de San Marco y San Teodoro que se encuentra en la entrada a la plaza desde el Gran Canal.
La Torre delle’Orologio llama la atención por su diseño. Tiene una esfera del reloj, que salvando las distancia, recuerda al reloj astronómico de Praga. Por encima tiene una torre con un león, que es representación de Venecia, y en la parte más alta, hay dos figuras, los moros, que tocan una campana cada hora.
Aquel día hacía un bochorno tremendo, y cuando llegamos a San Marcos se puso a llover a mares. Nos refugiamos como otros muchos turistas debajo de los soportales que rodean la plaza a esperar que dejara de llover. Seguramente solo fuera una tormenta de verano y no tardaría mucho en pasar.
Cuando dejó de llover, ya eran más de las 17.00, hora a la que cierran la Basílica, con lo que nos quedamos sin poder verla ese día. Pero no había problema -o eso creíamos entonces- para visitarla por dentro porque aún tendríamos dos días más.
Aprovechando que con la lluvia la plaza se había vaciado bastante y no había apenas cola para subir al Campanile, decidimos subir. Tiene 98,5 metros y hay ascensor para subir. Es el punto más alto de la ciudad y se tiene una estupendas vistas desde las arriba. Merece mucho la pena. En días claros incluso se pueden ver las islas cercanas como Murano o Burano.
Después de la visita, nos acercamos al Puente de los Suspiros, que junto con el de Rialto, es uno de los más famosos de Venecia. Este puente une el Palacio Ducal con la antigua prisión de la Inquisición, cruzando el Río Di Palazzo. Es del siglo XVII. Tiene este nombre precisamente por los suspiros que daban los condenados a muerte cuando pasaban por aquí porque sería la última vez que verían el cielo y el mar.
Como estábamos cansados porque el día había sido muy largo, decidimos ir a cenar pronto para recogernos. Ya tendríamos tiempo de seguir conociendo la ciudad al día siguiente. Cenamos en un osteria que nos recomendó la dueña del B&B: Osteria all Bacaretto, en la calle San Samuele, 3447. La cena estuvo bien, pero más cara que la comida. Regresamos andando al alojamiento tras la cena.
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Gastos del día
- Desayuno en aeropuerto de Roma durante la escala: 14,30 €
- Autobús a Piazzale Roma: 6 x 2 = 12 €
- Vaporettos: 7 x 2 = 14€
- B&B: 174 €
- Comida: risotto + penne al salmon + ensalada caprese + cerveza+ agua + café latte + tarta della nonna: 41,50 €
- Paseo en góndola: 80 €
- 3 helados en heladería en Piazzale San Maurizio: 5,20 €
- Subida al Campanile: 8 x 2 = 16 €
- Cena en la Osteria al Bacareto: fiore di Succa relleno de fruti di mare + 2 platos de spaguetti a la sepia + agua + cerveza: 64 €
- Botella de agua grande en pequeño supermercado: 2 €
NOTA: Los niños como Iris de dos años no pagan en los transportes ni en la entrada al Campanile. La verdad es que no nos fijamos a partir de qué edad comienzan a pagar.
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Venecia me encantó y tengo la sensación de que no aproveché bien mis dos días en la ciudad, así que tengo muchísimas ganas de volver.
Yo también creo que no aproveché bien mis dos días en la ciudad y estoy deseando volver para ver lo que no pude en este viaje!
Qué bonita Venecia! A ver si cae para este 2016… Jejejeje. Me ha parecido muy curioso eso de que se pueda llegar en autobús acuático, aunque un poco caro!
Aprovecho para desearos felices fiestas y muchos viajes para el próximo año 🙂 Un abrazo!
El autobús acuático es una especie de barco que recorre el Gran Canal.
Felices fiestas para ti también! Un abrazo
Qué nos gustó Venecia!! Nosotros fuimos de los que para quitarnos la espirita de no habñer minado en góndola cogimos el traggetto, es divertido pero nada que ver con el recorrido de las góndolas, pero en ese momento (carnavales), aun estaban más caros los recorridos y nos negamos. De todos modos volveré y pillaremos una, sin serenata, eso sí, aunque fuese gratis no va conmigo, je je. Preciosas fotos, Venecia es una pasada. Un saludito.
Ya, la serenata sube mucho el precio. E imagino que yendo en carnavales todo tiene que ser aún más caro! Precisamente en carnavales es cuando me gustaría volver para ver el ambientillo. Tiene que molar!
Saludos