Pasear por Pest es una de las visitas obligadas en Budapest. En este post te voy a mostrar qué ver en Pest: la Basílica de San Esteban, el Puente de las Cadenas, el de Sisí, la Iglesia Parroquial del Centro, el Parlamento, nos dimos un bañito en un balneario y terminamos el día haciendo un crucero por el Danubio.
Contenidos del post
Cómo ir del aeropuerto al centro de Budapest
Para ir del aeropuerto al hotel, nosotros cogimos un taxi porque íbamos con la peque viajera, que tenía entonces cinco meses, y porque para llegar a Budapest, lo hicimos en un vuelo con escala. Así que después de todo el día de viaje, lo que queríamos era llegar cuanto antes al hotel.
Hay opciones más baratas y justo en la sala donde se espera a que salgan las maletas del avión hay una oficina de cambio (mejor cambiar muy poco, porque el cambio es malísimo) y un stand donde se puede comprar el billete del autobús o contratar un taxi compartido para ir al hotel (llevan a varias personas, y hasta que no está lleno no sale. Luego hace una ruta repartiendo a la gente).
Nosotros preguntamos por el taxi compartido, pero también nos cobraban por la peque viajera y nos salía por 20€ en total y el taxi normal eran 22 €. Si van dos personas, sí que puede compensar porque el precio es de 7€ por trayecto.
Para coger un taxi, a la salida del aeropuerto hay una caseta donde dices a dónde vas y te dan un ticket con lo que te costará el taxi. El precio es cerrado. Está bien porque así te aseguras que no te van a timar.
También otra opción es llevarlo reservado desde España, con un precio fijo en Kiwitaxi.
Comprando los billetes para el tren de Budapest a Praga
Como expliqué en la guía de preparativos, nada más dejar las maletas en el hotel, nos fuimos a la estación de Keleti a coger los billetes para viajar cuatro días después a Praga.
No queríamos dejarlo para el día siguiente no fuera que tuviéramos problemas para comprarlo. De camino a la estación, (a lo tonto ya eran las nueve de la noche), paramos a cenar en un restaurante buffet que tenía buena pinta visto desde la calle. Pero resultó que la comida estaba bastante mala. Está en la calle Rákóczi, en la acera de la derecha dirección la estación de trenes de Keleti.
Aunque ya eran las 22.00 horas, la taquilla para comprar los billetes en la estación Keleti estaba abierta. Cogimos los billetes para viajar a Praga el día 22 a las 9.25 horas. El precio total (Iris no paga billete. Los menores de seis años no pagan billete): 58 euros (te permiten pagar en euros o en florines. Si decides hacerlo en euros el cambio que te aplican es de 1 euros = 295 florines). Con los billetes en la mano, regresamos al hotel para acostarnos.
Qué ver en Pest
Budapest está dividida por el río Danubio en dos partes: Buda y Pest, que antiguamente eran dos ciudades independientes. Este primer día en la ciudad lo dedicaríamos a ver Pest, una zona donde hay mucho que ver.
Nos levantamos pronto y aunque salimos a las 9 del hotel, ¡¡menudo bochornazo hacía ya a esas horas!! Desayunamos en el Burguer King que estaba al lado del hotel y cogimos el metro hacia el centro. Para recorrer la ciudad contábamos con la Budapest Card para los tres días que pasaríamos en la ciudad.
Budapest Card
Hay tres tipos de tarjetas: para 24 horas (4.500 florines), para 48 horas (7.500 florines) y para 72 horas (8.900 florines). Si la compras por internet, te hacen un 5% de descuento en la compra de la tarjeta. Con ella tienes gratis:
- Transporte público
- Entrada a algunos museos
- Entrada a los baños de Lukács
- Una visita guiada por Pest en inglés
- Y otra visita guiada por Buda en inglés
- Descuentos de entre el 10 y el 50% en otros establecimientos.
Basílica de San Esteban
Una de las cosas qué ver en Pest es la Basílica de San Esteban. Para ello, nos bajamos en el metro en Deák Tér. La Basílica de San Esteban es la catedral de Budapest. Está dedicada al patrón de la ciudad.
Su construcción comenzó a mediados del siglo XIX y terminó a principios del siglo XX. Es de culto católico y es uno de los edificios más altos de la ciudad. La verdad es que es imprescindible subir a su cúpula porque tiene unas vistas estupendas.
Y eso es lo que hicimos. Por suerte, hay ascensor que está incluido con la entrada, porque subir a pie con la peque viajera no nos lo habríamos planteado. Íbamos con la silita de paseo porque hacía un calor impresionante para portearla en el fular o en la mochila (luego nos enteraríamos de que el país estaba sufriendo una ola de calor y que las temperaturas que vivimos los días que estuvimos allí no eran las habituales en junio). ¡Las vistas de la ciudad son impresionantes!
Al bajar, entramos dentro de la Basílica para verla y resguardecernos del calorazo que estaba cayendo… En su interior, se guarda una reliquia importante para los húngaros: la mano derecha de San Esteban, que fue el primer rey de Hungría.
Antes de continuar con nuestro paseo, cambiamos dinero en una oficina de cambio que está enfrente de la Basílica. Aunque el precio era bastante mejor que en el aeropuerto, otros días encontraríamos oficinas que estarían mejor.
Puente de las Cadenas
Lo siguiente qué ver en Pest es el Puente de las Cadenas. Y hacia allí seguimos caminando. El nombre oficial del Puente de las Cadenas es el puente de Széchenyi, en honor de la persona que sufragó su construcción. Es uno de los más bonitos que tiene Budapest.
Se construyó a mediados del siglo XIX, pero fue dinamitado durante la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente lo restauraron al terminar la contienda y es ahora uno de los símbolos de la ciudad.
Del Puente de las Cadenas, fuimos andando por el borde del Danubio hasta llegar al Puente de Sisí, donde nos encontramos la Iglesia Parroquial del Centro, una de las iglesias más antiguas de la ciudad. Es del siglo XII, aunque en el siglo XVII fue utilizada por los turcos como mezquita y de entonces queda un mirhab árabe.
Gran Sinagoga de Budapest
A pesar del calor, seguimos nuestra ruta de qué ver en Pest y decidimos ir andando hasta la Gran Sinagoga de Budapest. Por el camino paramos a comprar agua en una tienda cercana a la calle comercial principal de Budapest: la Vaci Utca, pero que ya recorreríamos en otro momento. Hay visitas guiadas en su interior en varios idiomas.
No hay que pagar por ellas, porque ya está incluido en el precio de la entrada (2.650 florines por persona). Cuando nosotros estuvimos, la visita en español era a las 13.30 horas.
La Gran Sinagoga tiene ese nombre porque es la segunda más grande del mundo, solo por detrás de la de Jerusalén. Fue construida a mediados del siglo XIX en estilo morisco principalmente.
También se la conoce como sinagoga Dohány por estar ubicada en la calle Dohány. Durante la Segunda Guerra Mundial, entorno a la sinagoga se levantó el guetto judío que poco después se convirtió en campo de concentración. Aquí metían a los judíos antes de deportarlos a los campos de exterminio. Escuchar estas historias siempre es algo escalofriante.
En el recinto de la sinagoga, hay también un cementerio, que aunque no es tan espectacular como el de Praga, tampoco deja indiferente. En él están enterrados muchos judíos que murieron en el guetto de hambre o frío. Y junto al cementerio, nos encontramos con fotos de la Segunda Guerra Mundial que nos cuenta cómo se vivió ahí esa época. También junto al cemenerio se encuentra la escultura el Árbol de la vida que es un sauce llorón en el que cada hoja lleva escrito el nombre de un judio que murió durante la Segunda Guerra Mundial. La verdad es que la visita guiada nos pareció muy interesante.
Al salir de la sinagoga cruzamos enfrente para comer que ya era hora. Comimos en el Walhalle Club y la verdad es que estaba todo delicioso y no era caro por lo que recuerdo (no apunté el precio).
Parlamento húngaro
Nada más comer cogimos el metro y continuamos visitando los principales sitios qué ver en Pest. Para ello, pusimos rumbo al Parlamento húngaro. Teníamos la visita reservada y pagada de antemano para las 16.00 horas. Hasta el pasado 31 de diciembre de 2012 era gratuita la entrada para los residentes en la UE, pero ahora ya tiene que pagar todo el mundo. Las entradas se pueden adquirir en esta página. El precio es de 1.750 florines por persona (precio de 2013).
Cuando salimos del metro nos encontramos con una visión que no esperábamos: los alrededores del Parlamento estaban en obras por lo que no se podía hacer en condiciones una foto de uno de los edificios más bonitos de Budapest. ¡Qué chasco! Ya sabía que estaba en obras por lo que leí cuando adquirí las entradas, pero no pensaba que estaría de esa forma.
Nos costó un poco encontrar la entrada con las obras… Pero cuando la estábamos buscando varios policías nos dijeron que estaba cerrado al público ese día. Yo les decía que no podía ser, que tenía unas entradas compradas, pero ellos que no, que no se podía pasar. Seguimos intentándolo hasta que una agente nos comentó la razón: habían encontrado una bomba de la Segunda Guerra Mundial y por precaución por si explotaba, habían cerrado el Parlamento.
Balneario de Széchenyi
¿Y ahora qué hacemos? Pues como hacía tantísimo calor y estábamos asfixiados decidimos que alteraríamos el planning de qué ver en Pest que teníamos previsto, para irnos a uno de los muchos balnearios que tiene la ciudad.
Budapest tiene el título de Ciudad Balnearia desde 1934 ya que tiene numerosos manantiales de los que brotan aguas termales que son conocidas desde la época de los romanos.
No todos los balnearios son mixtos, así que hay fijarse bien si decides ir en pareja porque sino, no podréis entrar juntos. Nosotros fuimos al Balneario de Széchenyi, porque, además de ser mixto, había leído que se podía entrar con bebés. Se encuentra muy cerca de la Plaza de los Héroes. Este balneario es uno de los más grandes de Europa. Tiene 15 piscinas, 3 de ellas grandes al aire libre.Y tiene un horario muy amplio: está abierto hasta las 22.00 horas.
Antes de ir al balneario, nos pasamos por el hotel a coger los bañadores, unas toallas y las chanclas. Aprovechando que el hotel tenía wifi, envié un mail a la empresa que vende las entradas al Parlamento para comentarles lo que nos había pasado para ver si nos daban una solución. A la vuelta del balneario pude ver que nos habían escrito para darnos entradas para el día siguiente a la misma hora.
La verdad es que en el balneario estuvimos de lujo.Con el calor que hacía se agradecía estar en remojo. Incluso Iris, que era la primera vez que se bañaba en una piscina, estaba encantada. Las piscinas tienen diferentes temperaturas, aunque están todas calentitas. También tienen chorros para dar masajes. No es necesario usar gorro de agua, salvo en una piscina que la gente utilizaba para nadar. Nosotros no lo vimos, pero al parecer, los lugareños juegan al ajedrez dentro de las piscinas.
Crucero por el Danubio
Tras aplacar el calor, volvimos a coger el metro para ir hasta el río porque teníamos billetes para hacer un crucero por el Danubio a las 21.00 horas. Nosotros hicimos el crucero de Danubio Legenda, que durante una hora recorre el río y te explica con audioguía, que está disponible en varios idiomas, los principales monumentos que se ven desde el barco, así como un poco de la historia de la ciudad. Como lo hicimos a las 21.00 tuvimos la oportunidad de ver los puentes y los edificios que se asoman al Danubio iluminados. ¡¡¡Era precioso!!! Con el billete te dan una bebida gratis. ¡¡Es totalmente recomendable!!
Al bajar del crucero, fuimos a cenar cerca del embarcadero. Pensábamos que no encontraríamos nada abierto porque eran pasadas las 22.00 horas ya que en otras ciudades europeas que hemos estado, a esas horas ya es impensable cenar, pero nos sorprendió ver que Budapest estaba llena de vida y que era perfectamente posible cenar a esas horas. Cenamos en Icon Club, en Vörösmarty Tér, una ensalada césar, un plato de pollo, agua y cerveza por 8.675 florines. Con unos helados que compramos por el camino de vuelta al hotel, pusimos punto y final al día.
Budapest es una ciudad que me encantó y a la que estoy deseando volver. Está claro que aprovechásteis muy bien el día y eso que os quedó pendiente la visita al Parlamento, menudo susto para quien encontrara la bomba. Yo no hice el crucero nocturno pero tiene que ser impresionante pasar por todos los puentes iluminados, que maravilla.<br /><br />Un besote !!!
Que recuerdos. La verdad es que a mi Budapest me gustó mucho, y me sorprendio tambien, porque no me esperaba que me gustara tanto. Que bien que al final si que se pudiera entrar con niños en el Balneario.<br /><br />Se ve todo tan distinto en Verano, con el frío que pasamos nosotros lo bien que nos sentó entrar en el balneario (en nuestro caso para entrar en calor, aunque claro, salir de la
<b>Carfot</b>, desde luego el crucero fue una maravilla!! Budapest de noche y desde el Danubio es preciosa!!!<br />Besotes
<b>María</b>, a nosotros al contrario, agradecimos meternos en el agua, aunque estaba calentita, por lo menos nos refrescamos del sofocante calor. A nosotros también nos encantó Budapest! Fue toda una sorpresa!!!
Como cambian las ciudades con las estaciones.Nosotros fuimos en Febrero del 2000, así que imagínate el frío.<br />Las fotos preciosas ( que luz) y la comida …..<br /><br />Bueno un abrazo<br /><br />http://siemprejuntosporelmundo.blogspot.com.es
Tenemos una semana de vacaciones en septiembre y uno de los destinos que estamos contemplando es Budapest. Seguiré atenta al resto de entradas!
Hola M. Carmen.<br /><br />Bien, bien, muy bien. Me ha encantado esta primera parte. Tomo nota de todo pues será un destino para el próximo año. No guardes detalles, mujer, compártelos!!!<br /><br />Un abrazote gordo para el trío!!!
<b>Sandra</b>, pues es un buen destino. a nosotros nos ha encantado Budapest!!!
<b>Javier y Deborah</b>, me imagino que tiene que hacer frío… Por eso, nosotros hemos preferido ir en verano.<br />Un abrazo
<b>Antonio Ruiz</b>, es un buen destino al que ir con tus peques el próximo año<br />Un abrazo
Da mucha rabia encontrarse un monumento en obras, a nosotros nos pasó con el Puerto Viejo de Marsella. Pero en la imagen nocturna las obras desaparecen. Menudas vistas desde el barco. Tengo muchas ganas a Budapest y la experiencia del barco no me la pierdo para nada! <br /><br />Saludos!
Que chulas todas las visitas que hicisteis el día. Claro, con ese solazo, todo luce más. Las vistas desde la cúpula me han gustado mucho, la sinagoga, el parlamento (que, menos mal que os cambiaron la entrada) y esos balnearios… buf! Que ganas de conocer la ciudad!
Vaya, qué mala suerte lo de la bomba de la segunda Guerra Mundial aunque por precaución mejor que no dejaran pasar a nadie. Budapest es precioso, los baños a los que fuisteis tienen muy buena pinta, nosotros estuvimos en los Géllert!!! Un abrazo!!! 😉
Tengo muchas ganas de hacer un viajecito Praga, Viena y Budapest…pero va a tener que esperar…El crucero nocturno por el Danubio tiene que ser genial.
¡Qué envidia! Llevamos años queriendo ir a Budapest, pero por unas cosas o por otras al final nunca hemos podido. Gracias a vuestro post confirmamos lo que ya pensábamos: que merece mucho la pena. La Gran Sinagoga nos ha dejado sin palabras, menuda fotaca buena!<br /><br />Por cierto, vaya comilona que os pegásteis! 😀
que ganas le tengo a budapest! y con tu post me reafirmo. Tengo que ir como sea!!! Un abrazo
Estoy deseando visitar Budapest. Ya me habían hablado genial de ella, y el post me ha parecido súper útil, espero poder sacarle partido algún día 🙂 No tenía ni idea de lo de Buda y Pest, qué curioso!<br /><br />Por lo demás, una pena lo del Parlamento, al menos la empresa os dio entradas para otro día.<br /><br />Un abrazo!
Qué bonita la sinagoga por dentro! Me quedé con ganas de entrar cuando estuve.<br />Y qué pena las obras del Parlamento!
Hola, de acuerdo con tu itinerario, cuál es el sector en que nos recomiendas para hospedarnos. Somos una pareja que contamos con recursos medianos; es decir, no tenemos para pagar cinco estrellas, pero sí algo de tres y quisiéramos enocntrar un sector estratégico para movernos por los sitios de interés a visitar.
Un abrazo
Una buena zona donde alojarse es cerca del Puente de las Cadenas… Y si no, buscar algo que tenga metro cerca. Nosotros nos alojamos en un Ibis junto al metro de Blaha Lujza Ter y está bien la zona. Está bien comunicada y era fácil moverse desde allí.