A 135 kilómetros de Madrid se encuentra Sigüenza, un precioso pueblo de Guadalajara. Hacia ya tiempo que nos apetecía ir. Así que un sábado que nos levantamos con ganas de salir de excursión a algún sitio que no estuviera demasiado lejos de Madrid para poder ir y volver en el día, nos decidimos por la llamada Ciudad del Doncel.
Nosotros fuimos de excursión a Sigüenza en coche, pero hay otra manera de llegar que tiene muy buena pinta. Se trata del tren medieval. Sale los sábados de primavera y otoño de la estación de Chamartín a las 10.00 horas y el billete cuesta 26 euros (año 2010).
Al parecer, en la estación te recibe una serie de personajes vestidos de medievales que además amenizan el trayecto. En el precio está incluido también una visita guiada por la ciudad y descuentos en restaurantes. El regreso se hace al finalizar la tarde.
Por motivos de trabajo, es difícil adaptarnos al horario de este tren medieval, pero como no queríamos dejar de ir, cogimos el coche y en hora y media nos plantamos allí. ¡¡Menudo frío hacía!! Al parecer es una ciudad muy fría en invierno, así que si alguien piensa visitarla en estas fechas, como nosotros, mejor ir bien abrigado.
Qué ver en Sigüenza en un día
Llegamos sobre las 14.00 horas. Como fue un viaje que decidimos sobre la marcha, no nos habíamos documentado sobre lo qué ver. Nuestra primera parada fue en la Oficina de Turismo para hacernos con un plano y qué nos dijeran qué era lo que teníamos que visitar. Así fue como nos enteramos de que organizaban visitas guiadas en grupo por el municipio por 7 euros por persona (año 2010). Así que decidimos apuntarnos.
Hay dos horarios de visita: por las mañanas a las 11.30 horas y por las tardes a las 16.30 horas (aunque creo que nos dijeron que este horario de tarde variaba en verano). La visita dura unas dos horas y está incluido en el precio la entrada en los monumentos que se visitan. El interior de la catedral queda excluido -para visitarlo hay otras visitas guiadas-.
Dada la hora que era nos fuimos a comer. Estuvimos en un restaurante de la plaza Mayor porque no nos queríamos ir demasiado lejos para estar cerca del punto de salida que era la misma puerta de la Oficina de Turismo por si íbamos pillados de tiempo. Sin embargo, comimos rápido y dimos una vuelta por la calle de San Roque, que era uno de los sitios que nos recomendaron y que no entraba en la visita guiada, así como también vimos la Ermita del Humilladero, ahora reconvertida en Oficina de Turismo, y un poco de la Alameda, jardín neoclásico del siglo XIX.
La calle de San Roque es una calle de estilo barroco del siglo XVII, que albergaba las casas de la alta sociedad de la localidad. En esa misma calle llegó a estar el casino seguntino.
Mientras tanto llegó la hora de la visita guiada y volvimos a la catedral que es de donde partía. La primera parada fue precisamente la Catedral, pero no entramos dentro porque no estaba incluida la entrada. Para ello, hay otras visitas organizadas para ver la catedral por dentro con su tumba del Doncel Martín Vázquez de Arce, el más famoso de los segontinos. También hay una necrópolis medieval con sepulcros en el interior.
La excursión prosiguió por la Plaza Mayor, que está enmarcada por un lado por la Catedral, por otro, por el Ayuntamiento, una galería de soportales y al otro las Casas de la Contaduría y del Mirador.
Seguimos avanzando por la calle Mayor, haciendo algunas paradas en el trayecto para ver la Puerta del Sol, una de las puertas de acceso a la muralla exterior, la iglesia de Santiago, del siglo XII, que está en rehabilitación, y la iglesia de San Vicente, también del siglo XII en honor al patrón de la localidad.
Dejamos la calle Mayor para dirigirnos a la Casa del Doncel. Se trata de una vivienda gótica con restos mudéjares en su interior y que fue la casa natal de la familia Vázquez de Arce y de su hijo más famoso. Actualmente es una sede del Archivo Histórico Municipal y dispone de salas de exposición. El sábado tenían una exposición de guitarras antiguas y otra de pinturas surrealistas.
Al salir nos dirigimos hasta el Castillo que actualmente es el Parador de Turismo de Sigüenza. De este espacio, tan solo se puede visitar sin estar alojado el patio de armas. Se trata de un castillo de planta árabe.
Seguimos callejeando por Sigüenza y pasamos por la Plazuela de la Cárcel, que en la Edad Media fue la Plaza Mayor de la localidad. Se llama así porque en uno de los edificios de la plaza estuvo la cárcel.También aquí estuvo el antiguo ayuntamiento.
Seguimos avanzando y pasamos junto a la calle de la Sinagoga -que se llama así porque como su propio nombre indica, albergó una sinagoga- y atravesamos el Arco del Portal Mayor. Tras salir de la zona amurallada fuimos hacia el Palacio Episcopal, que también lo vimos por fuera.
Finalmente, tras callejear un poco con la guía, nuestra visita finalizó junto al antiguo Hospicio, ahora reconvertido en colegio privado. De ahí nos dirigimos a la catedral para ver si había alguna visita guiada a esas horas.
Ya eran las 18.30 horas, pero la última había sido a las 17.15 horas. Como ahora está en obras, pues poco pudimos ver por nuestra cuenta de la catedral. Tomé alguna foto de la entrada a la capilla donde está enterrado el Doncel, apenas había luz, pues la foto no es nada del otro mundo. Y poco más pudimos ver.
Al salir de la catedral, como ya eran más de las 19.00 horas y casi todos los monumentos que podríamos visitar cierran a esa hora, decidimos poner rumbo de vuelta a Madrid. Nos quedaron algunas cosillas por ver como el Monasterio de las Ursulinas, que ahora es un colegio concertado, o el de las Clarisas y la Iglesia de Nuestra Señora de los Huertos o la ermita de San Roque. Pero otra vez será.
¡Qué bonita la foto que tienes anocheciendo! La verdad es que tenemos verdaderas maravillas en España.<br />Un saludo
No hay rincón de Sigüenza que no valga la pena, es preciosa. Unas fotografías muy bonitas. Saludos!!
Estupendo reportaje sobre esta emblemática localidad, sólo añadiría un rincón de lo más interesante que es el Taller expaición de Cincelado- Repujado del artista seguntino Mariano Canfranc Lucea donde poder admirar libremente sus obras ya que es de los pocos cinceladores que quedan en España.
Un cordial saludo.
Desconocía ese dato! Muchas gracias por el aporte! La próxima vez que vayamos nos pasaremos a verlo!!
Saludos