Dejábamos atrás la capital de Hungría, que tanto nos había gustado y sorprendido, para conocer la de República Checa, en la que teníamos puestas grandes expectativas que luego se cumplirían. Parte del día lo pasamos de viaje en tren de Budapest a Praga.
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En el tren de Budapest a Praga
DÍA 5
Para ir de Budapest a Praga, optamos por hacer un viaje en tren diurno, que une ambas capitales en siete horas.
Al llegar a Praga, lo que quedaba de tarde lo aprovechamos para deambular tranquilamente por la Ciudad Vieja o Staré Město y subir a la Torre del Reloj.
Nuestro tren salía a las 9.30 horas la estación de Keleti de Budapest. Un día más desayunamos comprando unos cafés y unos bollos recién horneados en un puesto del metro. En la estación de Keleti, con los pocos florines que nos quedaban compramos una botella de agua y un dulce típico en vez de cambiarlos porque no merecía la pena hacerlo.
En el tren teníamos nuestros asientos reservados. Por cierto, hay que llevar a mano los billetes porque cada dos por tres nos los pidió un revisor. Creo que nos los llegaron a pedir cuatro veces: una al montar, otra al poco de salir de Budapest, otra al entrar en Eslovaquia y otra al cruzar la frontera en República Checa.
El viaje en tren de Budapest a Praga se nos hizo un poco largo. Y es que el trayecto dura unas 7 horas y hace un montón de paradas. Entre estas paradas está Bratislava. Nos habría gustado bajar y haber dado una vuelta por esta ciudad (aunque no sabemos si es factible hacer esa parada y usar el mismo billete luego para continuar con el viaje), pero al ir con Iris pensamos que sería demasiada paliza.
Pensábamos que en el tren podríamos comer algo tipo bocadillo o sándwich, pero no había nada de eso. Solo pasó de vez en cuando un hombre con un carrito en el que llevaba patatas fritas y otros snacks, pero nada mejor para comer.
Llegamos en el tren de Budapest a Praga un poco más tarde de la hora prevista de llegada que era a las 16.30 horas. Antes de ir al hotel, decidimos comer (o más bien merendar) en el Burguer King de la estación, pero primero cambiamos algo de dinero para tener coronas checas con las que pagar la comida. Descubrimos después que fue un craso error por dos razones: el cambio en la estación era malísimo y no habría hecho falta cambiar porque en el Burguer King se podía pagar con tarjeta.
A lo largo de los días que pasamos en Praga fuimos comprobando algo que ya descubrimos nada más llegar a la ciudad: es que el carácter de los checos es un tanto seco y no tan amable al principio como el de los húngaros. Nos dimos cuenta de ello en la propia estación cuando en la oficina de información al pedir un mapa de la ciudad y preguntar por cómo llegar al hotel, el que me atendió me lo dio de mala gana, sin explicarme nada, solo haciéndome gestos bruscos.
Nuestro hotel en Praga
Nos alojamos en el hotel Zlatá Váha. Es un hotel de tres estrellas pero por lo básico que era bien podría considerarse de dos estrellas. Lo bueno que tiene es que está muy cerca de la estación de trenes y de donde pasa el autobús exprés al aeropuerto, a menos de cinco minutos andando. Tampoco está lejos de la Ciudad Vieja o Staré Město que está a unos 10 minutos andando. Otra cosa buena es que tiene wifi gratis en las habitaciones.
Lo que no nos gustó del hotel es que nos hicieron pagar nada más hacer el check-in, algo que nunca antes nos había pasado en ningún hotel. El desayuno que estaba incluido en el precio es también muy básico y lo malo es que cuando queda media hora ya no reponen.
Dejamos las maletas y nos dirigimos al centro de Staré Město. Nada más salir del hotel nos encontramos con la Torre Jindřišská o Torre de Enrique. Es una de las muchas torres que tuvo la ciudad. Data del siglo XV y se encuentra junto a la iglesia de San Enrique y Cunegunda, dentro de la Ciudad Nueva o Nové Město. En la parte superior hay un mirador con, al parecer, unas buenas vistas, aunque nosotros no subimos. También en su interior hay un restaurante.
Staré Město
Seguimos caminando y nos topamos con otra torre, la Torre de la Pólvora, que era una de las puertas de acceso de la muralla medieval de la Ciudad Vieja o Staré Město. Su nombre se debe a que en el siglo XVII se usó como almacén de pólvora.
Se puede acceder también a su interior, donde hay una exposición sobre la historia de Praga. Tampoco subimos y seguimos andando hacia la plaza de Staré Město. Ya allí empezamos a ver que Praga estaba llena de gente en junio y que nos resultaría muy difícil hacer alguna foto sin que aparecieran las hordas de turistas.
En la plaza se encuentra la Torre del Reloj Astronómico, uno de los edificios más bonitos de la ciudad. Forma parte de lo que es el Ayuntamiento Viejo. Fue construido en el siglo XV, lo que le convierte en uno de los más antiguos de su tipo de Europa (si no es el más antiguo) y según cuenta la leyenda, para que el maestro relojero Hanus no volviera a crear algo igual, le cegaron después de terminada su obra.
El reloj cuenta con varias esferas. La esfera superior es el reloj astronómico propiamente dicho y que servía para representar las órbitas del Sol y la Luna. Luego la esfera inferior representa los meses del año y están representados también los signos del zodiaco. Pero tal vez lo más llamativo del reloj es su carrillón, que cada hora se pone en marcha y que congrega a numerosas personas cada vez que comienza el “baile” de los doce apóstoles y de la Avaricia, la Vanidad, el Turco y la Muerte. Nos recordó al que vimos en Múnich el año pasado.
Antes de seguir el paseo, decidimos subir a la Torre del Reloj. Afortunadamente hay ascensor por lo que pudimos subir con Iris y su sillita. Las vistas desde el Reloj son impresionantes. Puedes ver no sólo edifcios importantes de la Ciudad Vieja cómo la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, sino también hay vistas del Castillo de Praga e incluso la torre Petrin… ¡Merece la pena subir!
Cuando bajamos de la torre seguimos con nuestro pasear sin rumbo y llegamos a lo que se puede considerar el monumento más importante de Praga: el puente de Carlos. Con sus 500 metros de largo y 10 metros de ancho comunica Staré Město con Mala Strana o Ciudad Pequeña. La verdad es que es un puente muy majestuoso que cuenta con 30 estatuas.
Recibe ese nombre por su creador, el rey Carlos IV que lo mando construir a mediados del siglo XIV, aunque las estatuas se añadieron posteriormente, en el siglo XVII y XVIII. En la actualidad es solo peatonal.
Con la cantidad de gente que había en el puente apenas se podía caminar… Así que decidimos dejar el paseo por el puente a medias y regresar a la Ciudad Vieja para buscar algún sitio dónde cenar, pues tras el viaje en tren de Budapest a Praga, estábamos ya algo cansados.
Antes de llegar a la Plaza de la Ciudad Vieja cenamos en un restaurante que tenía buena pinta. Tras la cena volvimos al hotel a dormir que el día había sido largo.
Es una pena tener que moverse entre tantísimo turistas, pero es normal: un sitio tan bonito siempre atrae a la gente.<br /><br />Nos ha encantado la foto de la Torre de la Pólvora saliendo en medio de los edificios. También nos ha sorprendido un montón el reloj astronómico, es precioso 🙂
Siendo tan bonita, normal que haya muchos turistas pero no creía que iba a haber tantos!<br />Saludos
Un palizón el viaje en tren y más con la peque… pero bueno, es lo que toca.<br />Praga es una ciudad a la que le tengo muchas ganas y en este primer bocado a la ciudad ya se ve por qué, es preciosa.<br />¡Un saludo familia!
<b>Helena</b>, es un poco paliza el tren pero no quedaba otra. Y sí, la ciudad es preciosa! <br />Saludos
Pues si que hay diferencia a como nos lo encontramos en Febrero… Pero de cualquier manera siempre apetece visitar una ciudad así.<br /><br />No te pareció "fuera de lugar" el ascensor de la torre del ayuntamiento??? Está bien… pero menudo contraste con el resto del edificio!<br /><br />Un abrazo!
<b>Victor</b>, si que queda fuera de lugar pero es necesario para hacer que los sitios sean accesibles para todos. <br />Un abrazo
Qué raro que para trayectos de 7 horas en tren no tengan una pequeña cafetería o algo más variado en el carrito. A Praga le tengo muchísimas ganas, me parece impresionante!
<b>Verónica Artabria</b>, a lo mejor había cafetería pero no la vimos. En determinados vagones había demasiada gente y no se podía pasar. Así que no pudimos ver si había o no.
Todavía no conozco a nadie a quien Praga no le gustara, y me incluyo a mí misma. Yo estuve el año pasado y nada más poner un pie en la Plaza de la Ciudad Vieja, de noche, y ver todos los edificios iluminados, vi que la ciudad no me defraudaría.
<b>Sandra</b>, la verdad es que es una ciudad preciosa que no defrauda.
pues no creia yo que los checos eran tan secos!! de todos modos se les perdona porque Praga debe ser fascinante! Y veo que vuestra pequeña aguanta tb los palizones en tren, que fenómena!! Un abrazo
<b>Fran</b>, a nosotros nos tocaron todos un poco secos. Y la peque aguanta como una campeona! <br />Un abrazo
Cómo me gusta Praga, las dos veces que he estado me han dejado absolutamente maravillada.<br />Lo malo es que entre la primera y la segunda vez que fui el turismo se ha incrementado enormemente. Aun así sigue siendo una ciudad encantadora.<br />Un abrazo,
<b>Cool</b>, notaste entonces que ha aumentado significativamente el Turismo? yo me quedé sorprendida de la cantidad de gente que había!<br />Uh abrazo
Como siempre el palizón mereció la pena…Praga es preciosa, yo me vine enamorada de esta ciudad, aunque si es cierto que tiene demasiados turistas 🙁
<b>Verónila Martínez</b>: sí, hay demasiados turistas pero con lo bonita que es se le perdona 😉
Qué menos que con tantas horas de tren que vendieran algún bocata o algo!!! Pensé que el trayecto era de menos horas!!! La verdad es que las visitas que hicisteis tienen muy buena pinta, a ver cuando me puedo escapar por Praga para contemplarlo en persona!!! Un besote para los tres!!! 😉
<b>Babyboom</b>, pues por el día el trayecto dura menos que por la noche. A ver si podéis ir a Praga que merece la pena.<br />Besotes
Desde luego esas 7 horas en tren se harían eternas, al menos imagino que los trenes serán más decentes que en la India xD<br /><br />Que bonita ciudad es Praga, las vistas desde la torre del reloj me encantan, toda esa plaza y la ciudad al fondo son una maravilla.<br /><br />Cuantas ciudades impresionantes de ver me quedan… a ver si voy poniendo remedio jeje<br /><br />Saludos!
<b>José Carlos</b>, el trayeño se hace eterno pero si se quiere visitar las 2 ciudades del modo que lo hicimos nosotros no queda otra.<br />Saludos
Preciosa ciudad y con todo honor forma parte de las ciudades imperiales.<br />Hay tantos lugares para fotografiar: el puente de Carlos, el reloj, el castillo. Y como no perderse por casi toda la ciudad antigua.<br /><br />Muy buena publicación.<br /><br />Un abrazo.<br />http://siemprejuntosporelmundo.blogspot.com.es
Una de mis ciudades favoritas de Europa! Praga! Me encanta!
Viajar en tren fue algo que nos faltó hacer cuando visitamos ese gran país y sobre todo Praga. Por donde se le vea, una ciudad que enamora a cualquiera.
He estado en Praga muchas,muchas veces. En tren fuí una vez desde Córdoba a Praga, vía Barcelona y Zurich.<br />Es cierto que en la actualidad y especialmente en verano la afluencia de turistas es tal que casi sólo se oye hablar<br />en italiano y en español. Si alguien quiere consultarme algo lo puede hacer en albercord@yahoo.es
Buenas tardes,
Yo tengo una pregunta y a ver si me podéis ayudar… que llevo días mirando y al final no llego a ninguna conclusión. Hago ese mismo viaje, Budapest-Praga, pero queremos hacer el viaje de Hungría a la República Checa de noche. ¿Sabéis de algún tren o bus nocturno económico?
Muchas gracias de antemano,
Un saludo,
Saioa
Si que existe tren nocturno que une Budapest con Praga. Nosotros estuvimos barajando la opción de cogerlo pero lo descartamos porque llega a Praga sobre las 6.00 de la mañana y como viajábamos con un bebé, no nos parecía una hora adecuada para estar dando ya vueltas por la ciudad porque en los hoteles hasta la 1 o las 2 no te suelen dejar registrarte y usar la habitación. No recuerdo el precio, pero suele compensar porque eso que te ahorras de coger alojamiento esa noche.
Saludos