En nuestro crucero en familia por el Caribe hicimos una escala inesperada: Dominica. El mal tiempo en otra isla que íbamos a visitar hizo que el barco recalara en esta otra de la que nunca habíamos oído hablar y que nos gustó mucho. En las llamadas Antillas Menores, es una isla de origen volcánico, con parte de su superficie cubierta con bosques tropicales.
DÍA 7
El día anterior, al volver al camarote tras la cena, nos encontramos con que el planning para el día siguiente se vería alterado por mal tiempo. En principio, íbamos a visitar Saint Kitts and Nevis, pero al parecer las condiciones climatológicas no eran adecuadas para que el barco atracara allí, por lo que había un cambio de planes y el barco se iba a dirigir hacia el puerto de Rousseau, en Dominica.
Aquella noche, hicimos usamos internet del crucero para buscar sobre la nueva isla, pero la verdad es que apenas encontramos información. Así que con lo poquito que encontramos, junto con los folletos de las posibles excursiones que se podían hacer con la naviera, organizamos cuál sería la ruta del día siguiente.
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Qué ver en Dominica
Al bajar a puerto, preguntamos primero en la Oficina de Turismo de Roseau para que nos indicaran qué ver y qué precio sería el normal para un recorrido en concreto. Al salir, preguntamos a varios taxistas para hacer una ruta para ver un par de cosas que estaban consideradas como lo más importante: Emerald Pool y Trafalgar Falls, y terminaríamos dándonos un baño en la playa de Mero Beach.
La verdad es que nos costó dar con alguien que quisiera hacer la misma ruta para compartir gastos y ningún taxista quería llevar solo a dos adultos y una niña pequeña. Cuando pensábamos que no podríamos hacer nada, apareció un taxista dispuesto a llevarnos por 150 $. Tras duras negociaciones, conseguimos que rebajara el precio a 100 $: Haríamos la ruta que queríamos nosotros y lo haríamos solo los tres.
Tuvimos suerte con el conductor porque nos iba contando cosas sobre la isla como que Dominica se independizó de Gran Bretaña en 1978, o que los kalinagos eran cómo se llamaban los indígenas en época de Cristóbal Colón. Al principio se creía que eran caníbales, pero luego se vio que no.
Es la única isla que tiene todavía población indígena precolombina, aunque la mayor parte de sus habitantes tienen ascendientes esclavos negros que llegaron a la isla en el siglo XVII. Hay algunas aldeas de indígenas que se pueden visitar. A pesar de que se independizaron de Gran Bretaña, la reina Isabel II es la monarca también de la isla.
Por el camino a Emerald Pool, que sería la primera parada de la ruta, fuimos viendo el paisaje verde de bosque tropical que hay en la isla y descubrimos lo que es la flor típica de Dominica: Hibiscus. Las carreteras eran sinuosas, con muchas curvas, por lo que tardamos casi dos horas en llegar a nuestro primer destino.
Emerald Pool
Emerald Pool se encuentra en el centro de la isla, dentro del Parque Nacional Morne Trois Pitons, declarado Patrimonio de la Humanidad por a Unesco, y que significa Montaña de Tres Picos. Morne Trois Pitons es un bosque tropical con características volcánicas que ocupa todo el centro de la isla. Para recorrer el parque con bebés y niños pequeños, es recomendable usar mejor un portabebés ergonómico porque con carrito tendrás dificultades.
Tras una caminata de una media hora, pero que ni se hace nada pesado, se llega a Emerald Pool. Vas atravesando riachuelos y senderos. Es por eso que es también recomendable llevar calzado cómodo. Hay bastante humedad en la zona y hace un calor pegajoso dentro del parque.
Emerald Pool es una piscina natural, que tiene ese nombre por el color verde esmeralda de sus aguas. Sobre Emerald Pool cae una cascada de unos 15-20 metros de altura. En ella, es posible el baño, aunque el agua está bastante fría y el acceso no es muy fácil. Nosotros nos quedamos con las ganas de bañarnos, pero nos dejamos las toallas en el taxi y no era plan de ir mojados el resto del paseo hasta volver al coche.
La caminata hacia Emerald Pool más el regreso al parking lleva entre hora y media y dos horas aproximadamente. En el camino de vuelta (porque para regresar a la entrada, se hace por otro camino) hay dos puntos de vista donde se puede ver la costa del Atlántico y Morne Laurent.
Mero Beach
De vuelta en el taxi, pusimos rumbo a Mero Beach. Lo curioso de esta playa es que como la isla es de origen volcánico, en vez de tener fina arena blanca, su arena es negra. El agua del mar es clara y cristalina y de temperatura cálida, pero al contrario de las que pudimos ver en Saint Thomas o Barbados, por la arena negra, no se ve ese precioso color azul turquesa.
La playa está bien acondicionada y tiene restaurante, baños, duchas, servicio de sombrillas y hamacas. No había mucha gente en la playa, por lo que se estaba bastante a gusto y tranquilos.
Habíamos acordado con el taxista que pasaríamos dos horas en Mero Beach, pero como no somos muy amigos de la playa, tras hora y media, nos dimos por satisfechos y volvimos a montar en el coche para dirigirnos al último punto de la visita: Trafalgar Falls.
Trafalgar Falls
El taxista decidió dejar Trafalgar Falls para el final porque era lo que estaba más próximo al puerto de Roseau, como a unos 20-30 minutos.
Trafalgar Falls son en realidad dos cataratas gemelas que se les conoce como el “Padre” y la “Madre”. El “Padre” es la más grande y queda a la izquierda y la “Madre”, es la más pequeña, y está a la derecha.
Nosotros las vimos desde lejos porque nos dijo el conductor que como la carretera no era buena y tenía muchas curvas, tardaríamos en llegar por lo menos una hora. No sé si fue porque no le apetecía ir para no hacer más kilómetros porque no le compensase por el precio que pagamos o porque era verdad que íbamos a estar muy pillados de tiempo. El caso es que nos dio un poco de miedo que al ir tan justos, pudiéramos tener un percance y no estar de regreso en el barco antes de que dejara el puerto. Así que tuvimos que conformarnos con verlas desde la distancia.
Debajo de las cataratas hay unas piscinas de agua caliente, pero desde agosto de 2015 no son accesibles por el paso de la tormenta tropical Erika. Esta tormenta que se produjo a finales de agosto, dejó una treintena de muertos en la isla y está considerada el peor desastre natural que ha sufrido la isla de Dominica en décadas.
De camino al barco, pasamos junto a Coconut Factory, que es donde fabrica en la isla dos marcas conocidas como Colgate y Palmolive; también por Belfast Destillery, donde preparan el ron de la isla, y por Wotten Waven, que son unas piscinas de barro, como las que vimos en Santa Lucía, y donde había gente bañándose. La ruta en taxi la terminamos paseando por el Jardín Botánico de Roseau, que están considerados los más grandes del Caribe.
Roseau
El taxista nos dejó donde nos recogió: junto al puerto. Como todavía nos quedaba tiempo hasta la hora de salida del barco, dimos una pequeña vuelta andando por Roseau, la capital de la isla. Es también la ciudad más antigua de Dominica.
Pasamos al lado de la iglesia anglicana de Saint George, pero estaba cerrada y no pudimos entrar. Junto a la iglesia, hay un escultura en homenaje a la emancipación de los esclavos, muy similar a una que vimos en Barbados. Hay varios mercados de artesanía en la ciudad. Volvimos a pasear por el Jardín Botánico y terminamos nuestro recorrido por Roseau en la residencia del presidente de Dominica, que se parece, salvando las distancias, a la Casa Blanca en Washington.
[su_box title=”Qué otras cosas se pueden hacer y ver en Dominica” box_color=”#22c5b8″]
Dominica y su parque forestal Morne Trois Pitons incluye más atractivos además de Emeral Pool y Trafalgar Falls: el Lago de Ebullición y el Valle de la Desolación, Middeland Falls y Titou Gorge… Pero no están todos estos puntos de interés en el mismo sitio. Y es que Morne Trois Pitons es un parque forestal enorme que cubre todo el centro de la isla.
Al parecer el Lago de la Ebullición y el Valle de la Desolación no es apto para cualquier persona, ya que se requieren unas buenas condiciones físicas porque la caminata es bastante dura. En Middeland Falls es posible también el baño, aunque dicen que es un poco peligroso porque las rocas son resbaladizas y el agua de la catarata cae con fuerza.
En Titou Gorge se rodó una escena de una de las películas de Piratas del Caribe. Aquí también es posible el baño, pero dicen que el agua está helada y no es apto para claustrofóbicos porque se nada a través de una garganta estrecha, como por una especie de cueva. [/su_box]
[su_note note_color=”#CABDAA” text_color=”#010101″]Gastos del día
- Taxi por toda la isla: 100$
- Entrada a Emerald Pool: 5$ x 2 = 10$ (los niños como Iris que tenía dos años, no pagan entrada).
- Dos imanes de Dominica: 5$
NOTA: La moneda oficial es el dólar del Caribe oriental, pero aceptan dólares estadounidense sin problemas. Los precios que ponemos nosotros son en dólares estadounidenses.
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Pues menos mal que pudisteis aprovechar el día a pesar de los inconvenientes. Una pena que no pudieseis bajar hasta las cascadas, porque desde lejos parecen preciosas.
Sí, fue una pena, porque tenía buena pinta, pero en vista de lo que habíamos tardado en llegar hasta allí, probablemente no habríamos tenido tiempo y habríamos podido perder el barco.
Pues no hay mal que por bien no venga, pese al cambio de planes conocisteis lugares chulísimos. Lástima que no pudierais compartir gastos en el taxi, aunque al final conseguisteis un precio razonable.
Besos!
Si hubiéramos podido compartir gastos, seguro que nos habría salido mejor de precio la excursión, pero aún así, nos salió más económico que si la hubiéramos hecho con la naviera.
Besotes