Nuestro último día en la Península de Istria antes de comenzar a recorrer el resto de Croacia, lo dedicaríamos a descubrir otra de las localidades que son de obligada visita en esta zona: Porec. También aprovecharíamos nuestra ruta hacia Dalmacia para hacer una parada en la localidad de Rijeka.
DÍA 5
Recogimos nuestras cosas del apartamento de Rovinj, porque ya no volveríamos, y pusimos rumbo con nuestro coche a Porec, una de las ciudades de mayor interés turístico de la Península de Istria, porque en ella se pueden ver los restos de las civilizaciones que tuvieron presencia en ella: desde romanos, pasando por bizantinos, venecianos e incluso el Imperio Austro-Húngaro…
Qué ver en Porec
Callejear por Porec, o también conocida por su nombre en italiano Parenzo, es una delicia. Eso sí, prepárate para ir sorteando a la gran cantidad de turistas que seguro deambularán por sus callecitas si es que vas en verano como nosotros.
Sus calles son empedradas y están distribuidas como en época de los romanos. De hecho, su calle principal es la Decamanus, nombre heredado del antinguo decamanus romano. Los edificios que podemos ver son muy parecidos a la que hemos visto ya en Pula y Rovinj, sobre todo en esta última. Muchos son los palacios renacentistas, góticos y bizantinos que se pueden ver por sus calles.
Gran parte de esos bonitos edificios hoy albergan tiendas, restaurantes y museos como el del Palacio Sincic que es sede del Museo de la Ciudad, pero que nosotros no entramos a ver porque nuestra intención era visitar el edificio principal de Porec: la Basílica Eufrasiana, que está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y es una auténtica joya del arte bizantino en Croacia.
En el cruce del decumanus y del cardo se encuentran algunos de los edificios mas interesantes: los palacios góticos de Zuccati, Manzini y Leone, y los barrocos de Sincic, Polseni y Vergottini. También en el casco viejo podemos ver los restos del Templo de Marte y Neptuno… Pero como decía, la estrella de Porec es la Basílica Eufrasiana.
La Basílica Eufrasiana
Se trata de un edificio del siglo VI, que queda empotrado entre varios edificios. Su exterior puede que no llame demasiado la atención pero lo que merece la pena es su interior y sus preciosos mosaicos bizantino de oro en el crucero central y en el suelo.
Estos mosaicos me recordaron a los que pudimos ver hace ya unos años en la mezquita de Santa Sofía en Estambul. Era uno de los lugares que más ganas tenía de ver de Croacia y no me defraudó para nada. Los mosaicos están muy bien conservados. La Basílica, que es católica, está dedicada a la Virgen María, por petición del obispo Eufrasio.
Además de contemplar sus preciosos mosaicos, se puede subir a la Torre del campanario. No es muy alta y se sube andando, pero merece la pena por las vistas desde las alturas de la ciudad y del puerto, repleto de pequeñas embarcaciones.
Pazin
Tras la visita a la basílica estuvimos deambulando un rato antes de volver al coche y continuar con la ruta prevista para el día. Nuestra siguiente parada sería la ciudad de Rijeka, pero antes teníamos que comer y quedaba bastante camino hasta llegar, por lo que decidimos entrar en el pueblecito de Pazin, que está en el centro de la Península de Istria.
Pazin, o también llamado Pisino en italiano, es conocido por una sima que inspiró a Julio Verne para su obra Escape desde el castillo, pues esta novela está ambientada en el castillo de este pueblo. Precisamente lo más destacable a visitar es el Kastel, una fortaleza medieval donde hay dos museos, el Museo Municipal y el Museo Etnográfico.
El castillo se encuentra al borde de un abismo a unos 130 metros de altura. Al fondo del abismo, discurre el río Pazinčica. Tambié hay unas cuevas kárstica debajo del Kastel que se pueden visitar, aunque nosotros no entramos porque a la peque le daba miedo.
El pueblo es muy pequeño y nos costó encontrar algún sitio para comer. Además, apenas nos encontramos gente por la calle a la que pudiéramos preguntar. Al final dimos con un pequeño restaurante y allí entramos a comer. Tenían menú del día y es lo que comimos. Fue una de las comidas más baratas del viaje y la verdad, es que no estuvo mal.
Tras la comida, iniciamos el camino hacia donde dormiríamos esa noche, cerca de los Lagos Plitvice, que veríamos al día siguiente. Para que no se nos hiciera tan largo el trayecto, hicimos una parada en Rijeka y aprovechamos para dar un paseo por la ciudad.
Qué ver en Rijeka en un par de horas
Dos horas es lo que decidimos que pasaríamos en esta ciudad que habitualmente no se incluye en las rutas por Croacia. Nosotros la incluimos porque nos venía bien. Dejamos el coche cerca de la terminal marítima, porque encontramos aparcamiento gratuito. Si te adentras más en la ciudad, tendrás que pagar en el parquímetro.
Nos limitamos a recorrer el Paseo de Korzo, la vía principal de la ciudad. Casi al inicio de la calle, encontramos la Oficina de Turismo y nos hacemos con un plano de la ciudad. Por cierto, en esta calle hay wifi gratis.
Korzo es peatonal y alrededor del paseo podemos localizar los principales monumentos de Rijeka, como la catedral de San Vito (que es muy curiosa por su forma redondeada), la iglesia de los Capuchinos (que está al inicio de Korzo), la puerta antigua o arco romano, la Torre Municipal que es uno de los símbolos de la ciudad (y que fue construida en la Edad Media y sirvió como puerta de acceso a la ciudad fortificada), el Antiguo Palacio del Gobernador…
Si se atraviesa la Torre Municipal, a pocos pasos está el Arco Romano y la bonita catedral de San Vito, de planta redonda, dos de los monumentos más llamativos de la ciudad.
Nosotros no llegamos a verla, pero en Rijeka está la única sinagoga ortodoxa que hay en toda Croacia. En el Paseo de Korzo hay también mogollón de bares y restaurantes donde es posible tomarse algo. La verdad es que es un paseo agradable y cómodo. También cerca está el principal mercado de Rijeka, Placa.
Nosotros no tuvimos tiempo, porque no queríamos entretenernos más porque aún nos quedaba camino hasta llegar al destino final, pero es recomendable también recorrer el Molo Longo, el paseo marítimo de la ciudad. Tiene unos 2 kilómetros, pero al parecer ofrece una vista estupenda de Rijeka.
Después del paseo, regresamos al coche y entonces ya sí que pusimos rumbo hacia la zona de los Lagos Plitvice. Al poco de salir Rijeka empezó a diluviar y el resto del camino tuvimos que hacerlo con lluvia. Una pequeña parte del camino se hace por autopista de peaje, pero la mayoría se hace por carreteras secundarias, de un carril por sentido. Con la lluvia y al meternos por esas carreterillas, llegamos a pensar que el GPS nos había perdido, pero no.
La última parada antes de llegar al alojamiento queríamos hacerla en Slunj Rastoke, que es un pueblecito pequeño cerca de Plitvice pero que tiene bastante encanto, a juzgar por las fotos que habíamos visto en algunos blogs. Tiene varias cascaditas pequeñas y molinos de agua… Pero como estaba cayendo tal aguacero, decidimos no parar a verlo. Tan solo paramos en el pueblo antes de llegar al alojamiento a comprar algo en un supermercado para la comida del día siguiente.
Entre la lluvia y que se había hecho de noche, nos costó encontrar el alojamiento porque no se veía muy bien. La pena fue no disfrutar del pequeño apartamento que habíamos reservado que fue uno de los mejores del viaje. Para cenar, la señora del apartamento nos indicó un restaurante, el Marko, a pocos kilómetros, donde comimos un delicioso risotto. La verdad es que en esa zona todavía se seguía notando la influencia italiana.
Tras la cena, nos recogimos porque en el pueblo aquel no había nada que hacer. Además, al día siguiente, teníamos programado uno de los días más esperados del viaje: la visita a los Lagos Plitvice.
[su_note note_color=”#CABDAA” text_color=”#010101″]Gastos del día
- Basílica de Porec: 40 x 2 = 80 kn
- Imán de Porec: 20 kn
- Parquímetro en Porec: 16 kn por 2 horas
- Comida en Pazin: 115 kn
- 2 helados en Rijeka: 14 kn
- Red Bull comprado en calle Korzo de Rijeka: 13 kn
- Peaje de Pazin a Rijeka: 33 kn
- Peaje de Rijeka a Slunk Rastoke: 48 kn
- Compra en supermercado en Slunk Rastoke: 82,57 kn
- Cena en Restaurante Marko: 150 kn
- Alojamiento cerca de los Lagos Plitvice: 36 €
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Cuantas ganas tenemos de ir a Croacia, a ver cuando se nos logra. Espero que no muy tarde. Me ha encantado todo, pero lo que más sin duda la basílica Eufrasiana, esa cúpula me ha apasionado.
Un beso
Carmen
Pues que ganas tengo de ir por allí!!! Estuve cerca pero me quedé por la costa eslovena. Pero vaya, que esos destinos los tengo pendientes porque pintan pero que muy bien para ir con niños!! un abrazo
Es una pena que no visitarais Rastoke pues es realmente encantador. Agua por todos lados con cascadas y un verdor deslumbrante, además, se como de fábula en los alrededores.
Es una pena que no visitarais Rastoke pues es realmente encantador. Agua por todos lados con cascadas y un verdor deslumbrante, además, se como de fábula en los alrededores.