Santa Lucía es una isla volcánica con mucho encanto. Su principal interés turístico reside precisamente en visitar sus emanaciones sulfurosas, las Sulphur Springs, del volcán Qualibou en la localidad de Soufrière. Sus montañas más famosas son las Pitons, Gros y Petit, que sirven como representación del país y aparecen justo en su bandera. En nuestro crucero por el Caribe en familia tuvimos la oportunidad de descubrir esta preciosa isla.
Qué ver en Santa Lucía
El barco llegó cerca de las siete a Castries, el puerto de la capital del país. Un día más decidimos madrugar y tomar un desayuno contundente para aguantar hasta regresar al barco para comer tarde (aunque también nos llevamos algo de fruta y yogures como tentempié para aguantar hasta casi las 16.00 horas que es cuando comeríamos).
Nada más bajar a puerto te encuentras numerosas agencias de viaje con sus correspondientes agentes intentando venderte sus servicios. Solo teníamos clara una idea: no queríamos tirarnos toda la jornada metidos en un coche dando vueltas como el día anterior en Barbados haciendo pequeñas paradas. También teníamos claro que queríamos ver las Pitons, las Sulphur Springs, ver algún pueblecito pesquero e ir a alguna playa a relajarnos un ratito…
Pero como decía, nada más bajar te abordan para ofrecerte mil y unas opciones. Si prefieres ir en taxi por tu cuenta, a los taxistas no les dejan entrar en esa zona del puerto, y tendrás que andar un poco y salir para poder hablar con alguno que te haga una ruta personalizada. Pero eso lo descubrimos un rato después. Así que nos quedamos mirando qué excursión hacer. La mayoría ofrecía hacer una excursión panorámica, del estilo de la de Barbados.
Por fin, en el último puesto de la izquierda hacían algo un poco distinto: visita panorámica en catamarán en la que veríamos las famosas Pitons, pueblecitos pesquero, con una incursión en minibus a Sulphur Springs. A priori parecía que era la opción ideal. Así que lo contratamos… Pero lo malo de la excursión es que empezaba como hora y media después. ¿Qué hacíamos ese tiempo mientras?
Decidimos salir de la zona de puerto y dar una vuelta por Castries. Y justo al salir vimos que precisamente fuera estaban los taxistas que también nos ofrecieron sus servicios. No sé qué precio barajan ellos, pero supongo que dado que las agencias están justo al desembarcar y que resulta bastante difícil salir de allí sin haber contratado una excursión, seguro que se puede negociar un buen precio con el taxista porque deben ser pocos los turistas que llegan hasta allí.
En nuestro paseo vimos tan solo el Mercado que está junto al puerto porque vimos que para llegar a Castries tendríamos que andar bastante porque el centro no está cerca y temimos perder la excursión porque no nos diera tiempo a ir y volver. En la zona del mercado varios hombres se afanaban con la pesca que habían capturado ese día.
Excursión panorámica en catamarán
En la excursión en catamarán hay barra libre de refrescos, agua y un cóctel típico de allí. Así pasó que de regreso a puerto, había bastante gente contentilla…
El catamarán va bordeando la isla… Y efectivamente ves pueblecitos pesqueros, pero desde alta mar. Nosotros pensábamos que se acercarían más y la verdad es que esto nos desilusionó un poco. Seguimos el recorrido cuando de pronto se ven las famosas Pitons en el horizonte. ¡Todos a hacer fotos como locos!
Continuamos navegando y llegamos al puerto de Soufrière, y el catamarán atraca para que bajemos a montar a las minibuses que nos llevarán hasta Sulphur Springs. Aquí nos dan dos opciones: o ver las sulfuraciones o ir a bañarnos en los manantiales de barro. Al ir con la niña, preferimos no ir a embadurnarnos y fuimos a ver las sulfuraciones. El olor a huevo cocido es evidente, aunque no llega a ser muy nauseabundo. Dicen que hay veces que sí que lo es.
Después de hacer un pequeño recorrido a pie por la zona de Sulphur Spring con una guía del parque, volvemos a montar en la minibús para ir a recoger a los que han preferido bañarse en los manantiales de barro. Desde la minibús vemos cómo la gente se está bañando. Al parecer tiene muchas propiedades bañarse en esos lodos…
Vuelta a Soufrière, y sin tiempo para ver esta ciudad, montamos en el catamarán para emprender el regreso a puerto aunque antes haremos una parada en una playa para bañarnos. Aunque esa era lo que entraba en la excursión, en realidad no llegamos a parar en ninguna playa. En su lugar paramos en altamar, frente a una playa y el que quiso se pudo bañar allí mismo o alquilar una pequeña barca para llegar hasta la playa.
Nosotros dudamos en contratar la barca pero el tiempo que dispondríamos en la playa no era mucho y el precio de la embarcación era bastante alto, por lo que optamos por quedarnos en el catamarán. Yo sí que me zambullí en las aguas del Caribe a nadar un rato, mientras Gus se quedaba con la niña en cubierta. A la pobre le habría gustado también meterse en el agua y preguntaba por qué no podía hacerlo.
El que no nos acercaran a la playa como habían dicho que harían cuando contratamos la excursión, más el ver los pueblos desde lejos, no nos gustó de la excursión. El regreso a puerto fue más rápido que la ida. Como decía, había gente contentilla después de llevar toda la mañana bebiendo, entre ellas las dos guías que llevábamos… Fue gracioso ver cómo trataban de mantener el equilibrio en el catamarán mientras sonaba música a toda leche por los altavoces.
Siendo sinceros, la excursión nos desilusionó bastante porque no era lo que esperábamos… Pero también hay que tener claro que en una breve escala de un crucero, tampoco se puede ver gran cosa. Al subir al barco, fuimos directos a comer que ya teníamos un hambre voraz. La tarde la pasamos descansando un día más en la piscina.
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Santa Lucía es un país independiente desde 1979, pero la reina Isabel II es también su soberana y jefa de Estado.
Tiene este nombre en honor a una santa porque Cristóbal Colón llegó a ella precisamente el día de su onomástica, el 13 de diciembre de 1502, durante su cuarto viaje al Caribe.
La isla fue muy disputada entre los siglos XVI y XVII entre Francia y Reino Unido, aunque fue este último país el que mantuvo la posesión hasta que se independizó en 1979.
El idioma oficial es el inglés, aunque también se hablan algunas lenguas criollas derivadas del francés. La moneda que usan es el dólar caribeño, pero aceptan sin problemas dólares estadounidenses. Para los ciudadanos españoles no hace falta visado, solo el pasaporte en vigor.
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Estas islas (esta y todas las otras que la rodean) tienen una pinta estupenda!! El crucero para ver estas islas parece una gran opción que espero hacer algún día! Un saludo!
Es el “problema” de los cruceros: si quieres aprovechar y ver lo más posible o lo llevas muy bien organizado desde casa o contratas una excursión… Una pena que no os acercaran a la playa ni a los pueblos pesqueros, pero está bien que lo contéis para quienes vayamos en el futuro… 😉
Saludos familia! 🙂
Lo malo de los cruceros es que se pasa poco tiempo… Y luego, claro está, nosotros no organizamos muy bien las excursiones, lo que nos obligó a improvisar sobre la marcha. Nos negamos a contratar la excursión de la naviera y cogimos esta porque parecía que estaba muy bien a priori, pero a nosotros nos decepcionó.