Uno de los momentos más esperados de nuestro viaje a Japón con bebé era la visita a Hiroshima y a la isla de Miyajima, dos de los lugares más emblemáticos del país. Además, ese día sería el primero en el que tendríamos activa nuestra Japan Rail Pass de siete días y utilizaríamos por primera vez los famosos Shinkansen o trenes bala japoneses.
DÍA 5
Nos levantamos con una mala noticia: Verónica del blog Viajar Code: Verónica nos había enviado un mensaje avisándonos de que se aproximaba un tifón, el Phanfone, a Japón y la zona más afectada iba a ser el sur del país, y nosotros nos encontrábamos en esa parte. Miramos por internet para ver qué decían al respecto pero no teníamos claro si tendríamos problemas para llegar a la isla de Miyajima por la tarde que era nuestro destino final ese día.
Las noticias que encontrábamos por internet hablaban de que el Gran Premio de Japón de la Fórmula 1 que se celebraba ese día en Suzuka corría peligro de celebrarse por el tifón. Y es que el Phantone iba a dejar vientos de más de 220 kilómetros por hora, fuerte oleaje, intensas precipitaciones y corrimientos de tierra. Medio Japón estaba en alerta roja. También se iban a cancelar más de medio millar de vuelos de los aeropuertos de Haneda y Narita en Tokio.
Ante esta perspectiva, enviamos un mail al hotel de Miyajima diciéndoles que no sabíamos si podríamos llegar por el tifón a la isla porque teníamos entendido que los barcos se suspendían en situaciones así y nos dijeron que en principio no habría problema porque el tifón se esperaba más hacia la noche. Aún así, fueron muy amables y nos aseguraron que si no podíamos llegar por el tifón no nos cobrarían nada.
Nos levantamos pronto porque queríamos coger el tren de las 9.18 horas que sale de Shin-Osaka y que va directo a Hiroshima en hora y media aproximadamente. Nos despedimos con miedo de nuestras maletas y cogimos el metro hasta la estación de tren. Al llegar a la estación pasamos por las taquillas de la JR para reservar gratuitamente nuestros asientos para el trayecto.
El tren salió puntual, como no podía ser de otra forma en Japón, y transcurrió tranquilamente. Una de las paradas del trayecto era Himeji y nos dieron ganas de bajar para ver su castillo que es uno de los más antiguos del Japón medieval y que es Patrimonio de la Humanidad, pero como no lo teníamos previsto y estaba en octubre en obras de remodelación, decidimos continuar con los planes previsto. En poco hora y media llegamos a Hiroshima.
Nada más bajar, nos dirigimos a la Oficina de Turismo para hacernos con un mapa de la ciudad y para preguntar por el tifón para ver si ellos tenían información más actualizada. Allí fueron muy amables y nos recomendaron que tratásemos de coger el barco a Miyajima como muy tarde a las 16.00 horas para asegurarnos llegar a la isla.
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Hiroshima pasó tristemente a la historia el 6 de agosto de 1945. Y no fue porque la población de esta ciudad quisiera. Ese día se hizo famosa por ser el escenario del primer bombardeo atómico de la Historia. Little Boy, que es como los estadounidenses llamaron a la bomba, cayó sobre Hiroshima a las 8.15 horas.
Unas 60.000 personas murieron en el momento, pero se calcula que como consecuencia de las heridas ocasionadas por la explosión, así como por los efectos de la radiación murieron unas 140.000 personas. Muchas de las personas que lograron sobrevivir sufrieron daños físicos y psicológicos de por vida. La bomba explotó a unos 600 metros de altura del centro de la ciudad y arrasó casi todos los edificios en un radio de 2 km alrededor del hipocentro.
¿Por qué se lanzó la bomba sobre Hiroshima?
Los estadounidenses barajaban varias ciudades para este primer lanzamiento: Hiroshima, Nagasaki, Kokura y Niigata. Buscaban una zona donde se pudiera observar con precisión los efectos del bombardeo atómico, con un área urbana de por lo menos tres millas de diámetro. Finalmente se optó por Hiroshima porque era la única que no tenía un campo aliado de prisioneros de guerra.
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Al salir de la estación, nos dio la bienvenida una fina capa de lluvia, por lo que en vez de ir andando -es un paseo de unos 30 minutos- hasta el Parque de la Paz -la zona cero donde explotó Little Boy-, cogimos en la puerta del Hotel Gran Via Hiroshima un autobús, que con la JR Pass es gratis y que para al lado de lo que queríamos visitar.
Qué ver en Hiroshima
Lo primero que te encuentras al bajar del autobús en la parada del Parque Conmemorativo de la Paz es a la Cúpula de la Bomba Atómica o Genbaku Dōmu. Antes de caer la bomba en Hiroshima, esta zona era el centro financiero y político de la ciudad. Aunque Little Boy arrasó con casi toda la ciudad, quedó en pie este edificio que era la Sede la Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima. Todos los que estaban ese día en su interior murieron. Fue el único edificio que quedó en pie tras las bomba atómica, aunque quedó como se puede ver ahora, medio en ruinas, con el esqueleto de la cúpula que tuvo.
La verdad es que impresiona mucho. Parece un fantasma que te recuerda lo cruel que puede llegar a ser el hombre. Pensar que hace 70 años, en ese mismo lugar cayó una bomba que arrasó con todo y acabó con la vida de miles de personas inocentes te pone la piel de gallina y con un nudo en el estómago.
En el mismo Parque de la Paz hay varios puntos de interés:
- El Cenatofio que recuerda a las 200.000 víctimas de la bomba atómica y que contiene el nombre de todos los que murieron. Cada 6 de agosto se celebra una ceremonia a las 8.15 horas.
- La llama de la paz: una llama que arde sin parar desde que se encendió en 1964.
- Monumento de la Paz de los Niños: construido en memoria de Sadako Sasaki, una niña que tenía dos años cuando cayó la bomba atómica en Hiroshima y que murió diez años después como consecuencia de la leucemia que desarrolló por la radiación. Al parecer la niña para recuperarse trató de hacer 1.000 grullas de papel porque según la tradición japonesa si se hace ese número de grullas, se cumple el deseo de la pronta recuperación. Sin embargo, ella murió antes de completar el millar, cuando llevaba poco más de 600. Sus compañeros de colegio las terminaron en su memoria.
Tras dar un paseo por el parque nos dirigimos a otra de las visitas obligadas si se va a Hiroshima: el Museo Conmemorativo de la Paz. Es un museo muy interesante pero puede llegar a ser muy duro. Recoge materiales relacionados con la bomba atómica. Nada más entrar nos encontraremos con fotografías de cómo era la ciudad antes y cómo quedó después, del hongo de humo característico que se formó cuando explotó…
Si nos pareció sobrecogedor ver la cúpula, el museo lo es más. Una de las cosas que más nos llamaron la atención fue el sepulcral silencio que reinaba en el museo a pesar de que había mucha gente. Pero no es de extrañar: lo que ves te deja sin palabras y sin ganas de hablar.
Entre los elementos que se pueden ver a lo largo de las salas destaca una maqueta que explica cómo fue la bomba, enseres de los ciudadanos de Hiroshima como ropa quemada o rasgada, un triciclo de un niño, un reloj de bolsillo en el que quedó grabada para siempre la fatídica hora en la que cayó Little Boy, la historia de Sadako Sasaki…
Las sensaciones que nos dejó esta visita fueron parecidas a las que nos dejó la visita al campo de concentración de Dachau. Son de esas visitas que son imprescindibles, pero que no se disfrutan y se sale con mal cuerpo porque es cuando te das cuenta de las barbaridades que puede hacer el ser humano a sus semejantes.
[su_box title=”Museo de la Paz” box_color=”#ffc9a5″]En octubre de 2014, el museo tenía varias salas cerradas al público porque estaban de obras. Al parecer, según el folleto que nos entregaron con la entrada, habrá trabajos de renovación hasta 2018, por lo que si vas antes de ese año, es probable que alguna sala esté cerrada, pero aún así bien merece la pena entrar a visitarlo.
- Horario: de marzo a julio, de 8.30 a 18.00 horas. Agosto: de 8.30 a 19.00 (aunque el 5 y 6 de agosto cierra a las 20.00 horas). De septiembre a noviembre: de 8.30 a 18.00 horas. De diciembre a febrero: de 8.30 a 17.00 horas.
- Precio: 50 yenes para adultos; 30 yenes para estudiantes de bachillerato y para los menores de 15 años es gratis.
- Cómo llegar: desde la estación de JR Hiroshima podemos tomar un autobús de color rojo en dirección a Yoshijima y bajarnos en la parada Heiwa Kinen Koen (o Parque Conmemorativo de la Paz). También podemos tomar un tranvía en dirección al Puerto de Hiroshima y bajar en Chuden-Mae, o un tranvía en dirección a Miyajima o Eba y bajar en Genbakudomu-mae.
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Cuando salimos del museo, estaba cayendo el diluvio universal, por lo que cogimos nuevamente el autobús para volver a la estación de tren. Nuestra primera intención era haber visitado de camino a la estación también el Castillo de Hiroshima, más conocido como La Carpa y que fue construido en 1589. No está lejos del Parque de la Paz. Pero en el Museo nos habíamos entretenido mucho -es para verlo con calma para poder “digerirlo”- y el día con la amenaza de tifón no estaba para que estuviéramos “perdiendo” el tiempo. El castillo en cuestión no es el original, porque al igual que el resto de la ciudad, fue destruido por la bomba atómica, pero al parecer está bastante bien.
Antes de montar en el tren, paramos a comer en un restaurante de la estación. Es típico de la zona comer Okonomiyaki, pero no dimos con el restaurante adecuado (tampoco buscamos mucho, la verdad sea dicha) y entramos en el primero que pillamos porque estaba diluviando y porque no queríamos retrasarnos mucho para poner rumbo a Miyajima. Tras la comida cogimos el tren rumbo a Miyajimaguchi, donde se cogen los ferries que llevan hasta la isla. Pero ya eso, lo contaremos en otro post.
[su_note note_color=”#CABDAA” text_color=”#010101″]Gastos del día
- Envío de dos maletas grandes a Kioto desde el hotel: 2.608 ¥
- Metro a Shin-Osaka: Museo de la Paz: 50 x 2 = 100 ¥
- Comida en la estación en el restaurante Sukiya: Plato de arroz, ternera y queso + plato de arroz con frutos del mar: 1.492 ¥
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Una visita obligatoria en Japón. Una pasada de sitio, lleno de historia, trágica, pero historia al fin y al cabo. Estoy deseando conocerlo! Saludos
En verdad es una visita obligatoria si se viaja a Japón! Tiene una historia trágica, pero que no hay que olvidar.
Hiroshima tiene que ser una visita muy emotiva. Qué miedito con el tifón!!
Hiroshima ha sido una de las grandes sorpresas de nuestro reciente viaje a Japón. Tal vez fuera porque íbamos con una idea preconcebida (y totalmente errónea) pero, dejando a un lado su triste historia, es una ciudad muy bonita y tranquila, donde merece la pena pasar al menos una noche.
Por cierto, menudo susto lo del tifón, no? 😮
Nada… empiezo a creer que en esa ciudad no para de llover nunca. Una visita de una mañana que veo obligatoria hacer. Nosotros tuvimos peor suerte y cuando salimos de la estación paró de llover y nos confiamos a ir andando… ilusos… La que nos cayó después fue chica…
Tiene que ser muy impresionante caminar por allí, aunque la mayoría de las huellas de la explosión formen parte del recuerdo. E imagino que aun más el día de la ceremonia anual… En cualquier caso, un monumento que recuerde lo frágiles que somos, y que no deberían existir armas capaces de hacer desaparecer a la humanidad.
Y un tifón… ¡Os pasa de todo!
¡Saludos!
Tengo que decirle a Víctor que no, que en esa ciudad hace sol, el que nos brilló con fuerza a nosotros hace un par de semanas…
En el museo vimos muchísima gente, como dices en silencio sepulcral, solo roto por los sollozos de algunas personas que visitaban el museo.
Me sorprendió el parque en general, más una llamada a la Paz, al resurgir, que al dramatismo y a la autocompasión.
Que canguelo lo del tifón chicos :O