Una semana después de que nuestro crucero partiera de San Juan de Puerto Rico, el barco regresaba a su puerto de origen. Ese día, alquilamos un coche y nos dirigimos al Parque Nacional de El Yunque, el único bosque tropical de los Estados Unidos.
DÍA 10
Un día más, el barco atracó bien temprano en el puerto de San Juan de Puerto Rico. El desembarque estaba previsto a partir de las 8.00 horas. Había dos opciones para ello: si dejábamos las maletas la noche anterior a la salida del camarote, no tenías que preocuparte de ellas y te las llevaban a puerto, pero tenías que desembarcar a una determinada hora que iba en función del camarote que tenías, y se podía prolongar hasta mediodía. La otra opción, que es la que elegimos, era llevar nosotros mismos las maletas y para ello tendríamos que estar listos para desembarcar a primera hora, a las 8.00 horas.
Al llegar a San Juan, tuvimos que volver a pasar los controles de aduana y pasaporte porque volvíamos a entrar en el país. En las demás islas que visitamos, no pasamos controles de pasaporte. Todo fue mucho más ágil. El hotel que habíamos elegido para las dos últimas noches que nos quedaban en la isla no lo cogimos en el Viejo San Juan como la vez anterior, porque ya habíamos visitado esa zona y porque los hoteles son más caros ahí. Escogimos un hotel de Condado.
Para llegar a Condado, cogimos un taxi al desembarcar. Dejamos las maletas en el hotel y nos fuimos a buscar una oficina de alquiler de coches para hacer alguna excursión por la isla e ir algún outlet como los que visitamos en Nueva York e ir al Parque Nacional de El Yunque.
La oficina más cercana al hotel era la de Avis. Preguntamos precio para alquilar por 24 horas con silla infantil más GPS. No necesitamos carné internacional de conducir. Solo nos pidieron el carné de conducir español y una tarjeta de crédito.
Había varios outlet de camino a El Yunque, así que no tuvimos que desviarnos, The Outlet at Route 66. En el primero que entramos dimos una vuelta sin comprar nada. No encontramos nada a buen precio. Nos pareció bastante más caro que Nueva York. Volvimos a montar en el coche y nos dirigimos a otro outlet que estaba casi al lado. Tampoco vimos nada interesante en el segundo outlet. Aunque en este nos paramos a comer, ya que habíamos desayunado muy temprano antes de dejar el barco.
Parque Nacional de El Yunque
El Parque Nacional de El Yunque se encuentra en la Sierra del Luquillo, a una hora aproximadamente de San Juan. Para llegar a El Yunque desde San Juan, hay que coger la carretera 26 en dirección hacia Carolina hasta llegar a la carretera 3, luego coger dirección hacia Fajardo hasta llegar a Río Grande. Luego, se coge la carretera 191 hacia El Yunque. Entrar al parque no tiene coste, salvo que quieras visitarlo mediante un tour guiado.
A la entrada del parque, encontramos un panel con el plano del parque y divisamos los puntos que había que visitar. El Yunque es muy grande, tiene una extensión de 113 kilómetros cuadrados, por lo que en una tarde no íbamos a poder verlo por completo y seleccionamos lo que veríamos: Coca Falls, la Torre Yokahu, Vereda de los Árboles Grandes y Vereda de la Mina.
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El Yunque fue fundado por el rey Alfonso XII en 1876, cuatro años después de la creación del Parque Nacional de Yellowstone en 1872, el primer parque nacional de Estados Unidos.
Es el único bosque pluvial tropical de EE.UU. Lo que le caracteriza y diferencia con el resto de parques nacionales estadounidense es precisamente su clima tropical. Tiene una temperatura media de 21ºC. Dicen que El Yunque es uno de los lugares más lluviosos del mundo… Sin embargo, a nosotros no nos cayó ni una gota…
Está a unos mil metros sobre el nivel del mar. Tiene unas 150 especies de helechos, 240 especies de árboles, de los que 23 solo se pueden ver aquí. Entre la fauna, destaca una especie de rana que es autóctona y que, al parecer, está en peligro de extinción: la “coqui”. Nosotros no conseguimos ver ninguna.
Entre las atracciones más visitadas del bosque está la cascada La Mina, donde se puede uno dar un chapuzón, y la cascada La Coca, donde solo se pueden tomar fotos, la Torre Yokahu, desde donde se puede contemplar el bosque.
Tiene un centro de visitantes, llamado El Portal, que tiene tres pabellones, un teatro, una tienda de recuerdos y una biblioteca con información sobre el bosque. Está abierto diariamente de 7.30 a 18.00 horas. La entrada al parque es gratis, aunque no así la visita al centro de visitantes, que en 2015 costaba 2$.
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Se puede recorrer perfectamente El Yunque con el coche. En los lugares de interés, hay aparcamiento donde dejar el coche y poder realizar alguna ruta a pie por el bosque. Nuestra primera parada sería para ver Coca Falls, que tiene ese nombre por su propietario, el colono español Juan Diego de la Coca.
Tras tomar las fotos pertinentes, volvemos a montar en el coche, para seguir la carretera hasta nuestro siguiente punto: la Torre Yokahu, una torre desde la que se pueden contemplar unas magníficas vistas del bosque de El Yunque, y desde la que se llega a ver incluso la costa atlántica de la isla porque se sitúa a unos 480 metros sobre el nivel del mar y luego tiene una altura de 21 metros. Para subir a lo alto de la torre hay que hacerlo a pie, porque no hay ascensor.
Además de esta torre, hay otra, la del Monte Britton, que se sitúa a unos 937 metros sobre el nivel del mar. Al parecer, ofrece una vistas panorámicas impresionantes y si el día está claro, se podrían ver las islas de Culebra y Vieque (que son de Puerto Rico), y también Saint Thomas y Tórtola en el mar Caribe.
Después de la torre, volvemos a montar en el coche para dirigirnos a la Vereda de los Árboles Grandes. Al inicio de la Vereda hay un cartel explicando la ruta de senderismo que se puede hacer. Pone que es de dificultad moderada. Comenzamos a caminar, con Iris en el portabebé. La ruta parece sencilla porque el camino está asfaltado y no parece que tenga grandes desniveles. Se podría incluso recorrer con un carro infantil. En esta ruta, hay muchos paneles informativos que explican qué tipo de árboles hay.
Sin embargo, cuando llevamos unos 15 minutos andando, nos encontramos con unas familias que iban con varios niños pequeños y carros y nos comentan que más adelante el camino se complica y que la Cascada de la Mina, está al final del sendero y queda a más de media hora, que al ir con la niña, no nos lo recomiendan, y que ellos se habían arrepentido de llegar tan abajo con los críos. Así que al final desistimos y nos damos la vuelta. En esta ruta, vemos que hay muchos paneles informativos que explican qué tipo de árboles hay.
Volvemos al coche para ir al siguiente punto: la Vereda de la Mina. A la entrada de la Vereda el cartel indica que esa ruta es retadora, por lo que si la anterior la hemos descartado por complicada, esta ni nos la planteamos. Según el panel, desde el inicio de la ruta hasta llegar a la Cascada de la Mina hay más de una hora caminando.
Decidimos que no vamos a llegar hasta la cascada, pero al menos andaremos un poco por la Vereda para disfrutar del paisaje. Vemos que en esta ruta, hay zonas para hacer barbacoas, con parillas para el uso de los visitantes, y muchas mesas y asientos para hacer picnic. Nos llama la atención que estén permitidas las barbacoas en un bosque así… Suponemos que como hay bastante humedad, no debe haber peligro por ello… Así que tal vez puede ser un buen plan, llevar comida para prepararla en El Yunque y disfrutar de un día campestre.
Regresamos al coche y como son más de las cinco, decidimos poner punto y final a la excursión por El Yunque. Como todavía quedan algunas horas de sol, decidimos probar a pasar el resto de la tarde en la playa. Nos acercamos a Luquillo, que es donde hay playa más cerca de El Yunque, pero al llegar vemos que la playa es de pago.
Preguntamos a una mujer mayor que va con un niño de unos diez años que tienen pinta de ser de la zona y nos confirman que efectivamente gran parte de las playas de Luquillo son de pago y nos indican dónde hay una pequeña zona en la que no se paga.
Por las horas que son, solo queremos darnos un baño rápido y regresar a San Juan, no nos apetece pagar, por lo que buscamos la única playa de Luquillo en la que no se paga. Sin embargo, cuando llegamos y aparcamos, vemos que hay muchísimas olas y que hay carteles que avisan de que es peligroso el baño en esa zona. Ahora entendemos por qué ahí justo no se paga.
Así que decidimos regresar a San Juan, que a lo tonto son ya más de las seis de la tarde y aún nos queda algo más de una hora para regresar. Al llegar a Condado, echamos gasolina en el coche porque tenemos que entregar el coche con el depósito lleno. Hay una gasolinera casi al lado del hotel. Luego aparcamos y nos vamos a cenar por la zona. Tras dar una vuelta entramos en uno que vemos que hay bastante gente y que tiene comida puertorriqueña: El Café del Ángel, en Ashford Avenue, 1106.
Es nuestra última comida en Puerto Rico, ya que al día siguiente, comeremos cualquier cosa en el aeropuerto justo antes de embarcar. Se acaban ya nuestras vacaciones. Para despedirnos pedimos algunos platos típicos para nosotros: un mofongo de camarones y unos tostones de juayes, que no sabemos muy bien que es pero que están deliciosos, y para Iris, como tienen menú infantil, pedimos unos macarrones con jugo de china (zumo de naranja) para beber.
[su_note note_color=”#CABDAA” text_color=”#010101″]Gastos del día
- Taxi a Condado: 18$
- Alquiler de coche con GPS + seguro a todo riesgo + silla infantil: 104,03$
- Iris monta en un tiovivo en el outlet: 2,25$
- Comida en el outlet en el restaurante El Mesón:23,44$
- Llenar el depósito de gasolina: 15,43$
- Cena en El Café del Ángel en Condado: 77,27$
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Lástima que tuvierais que desistir de la ruta. La zona se ve preciosa con esas cascadas y bosques.
Al menos, y por una vez en la vida, no os llovió, jajajaja… (que vuestra fama os precede en ese sentido)
Un saludo 😉
Pues está chulo el Yunque. Nosotros sólo fuimos a un outlet en Estados Unidos y eso porque quedaba al lado del hotel. Odiamos ir de compras y todavía más si es en pleno viaje.
Me ha gustado mucho vuestro crucero, puede que sea una buena opción para conocer un poquito todas esas islas.
Que pasada de lugar, lástima que no llegaseis a la cascada y que no pudieseis daros un baño, como bien dices, por algo en esa playa no se pagaba. Y los platos de despedida, menuda pintaza! Me está entrando un hambreeeee!! 😉
Un abrazo
Carmen
Me ha encantado tu escrito y voy a tomar la excursion del Yunque completa, la proxima semana que si Dios quiere, alli estaremos, y llegaremos a darnos ese chapuzon en la cascada La Mina por ustedes tambien. Gracias y felicidades!