Si me preguntan por el destino internacional ideal para viajar con un bebé, ese, sin ninguna duda, sería Japón. Aunque pueda parecer lo contrario, por la distancia y la diferencia cultural o la barrera idiomática, es el país más seguro y limpio al que se puede viajar con un bebé. Eso, unido a la hospitalidad de los japoneses y a lo bien recibidos que son los niños occidentales hacen que viajar a Japón con un bebé sea una gran idea. En este post hacemos una pequeña guía para viajar con un peque a este país durante dos semanas.
Guía para viajar a Japón con un bebé
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Edad del bebé[/su_note]
Iris tenía 21 meses en el momento de inicio del viaje.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Clima y fecha del viaje[/su_note]
La fecha elegida fue del 1 al 15 de octubre de 2014. El clima en esa fecha es bastante bueno, y es similar al que puede hacer en España, e incluso mejor. No hace nada de frío y tampoco hace un calor agobiante.
Es tal vez un buen momento para visitar la zona. Las temperaturas oscilan entre los 18°C y los 25°C. Las mañanas y las noches son algo frescas y se precisa alguna chaqueta y el día es cálido y se podrá ir incluso con manga corta.
En principio no es temporada de tifones, pero como el clima está cambiando, puede que alguno te sorprenda como nos pasó a nosotros que tuvimos que sortear dos.
Aunque viajamos en otoño, nos perdimos el momiji, que es cuando los árboles arce se tiñan de un rojo espectacular. Al parecer, suele aparecer más hacia mediados de noviembre.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Documentación[/su_note]
Como ya contamos en los preparativos tan solo se necesita pasaporte en vigor. A la llegada en el aeropuerto, se hace el visado que es gratuito.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Maleta[/su_note]
En cuanto a la ropa, aunque era principios del otoño, llevamos un poco de todo: ropa más fresca, con manga corta para los días más cálidos y gorros para el sol, y ropa de entre tiempo, con manga larga, chaquetas finas de punto y una cazadora.
Para el aseo, llevábamos su gel, su champú, su crema para el culete, crema solar, y su colonia habitual, y un paquete de toallitas. También llevamos un paquete de pañales para no tener que ir buscándolos nada más llegar. Luego allí tuvimos que comprar más, al igual que tuvimos que comprar toallitas. Resulta fácil encontrar ambas cosas.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Alimentación[/su_note]
Con 21 meses, nuestra bebé comía ya de todo. Seguía con lactancia materna y aunque comía también trocitos, llevamos potitos desde España por varias razones: la primera porque los sabores de los potitos de unos países a otros cambian y no sabíamos cómo podía reaccionar ante esos nuevos sabores; segundo, porque no sabíamos si nos resultaría fácil encontrar potitos o saber qué contenían, y tercero, por si la comida japonesa tampoco le gustaba.
La verdad es que solo comió potitos los primeros días… Al poco de llegar, dejó de quererlos (y de hecho, no volvió a tomarlos nunca más).
Con la comida de allí no tuvo problemas porque casi siempre suelen poner un cuenco de arroz de acompañamiento de los platos, y en aquella época, adoraba este cereal. Además, como la gastronomía japonesa no es picantes, ni especiada, comió sin problemas lo que nosotros comíamos.
En los Family Mart, que son unos supermercados, solíamos comprar fruta para la merienda, y galletas para el desayuno. También en los supermercados resulta fácil encontrar potitos, aunque no llegamos a comprarlos.
Para los desayunos, con la teta y unas galletas, lo solucionamos. Para la comida, solía tomar su potito o trozos de nuestra comida. Para la merienda, su potito de fruta o bien porciones de fruta que comprábamos. Para la cena, solía comer trozos de nuestra propia comida más teta de postre.
En cuanto a calentar los potitos los primeros días, ya hemos comentado otras veces, que no hemos tenido que calentarlos porque a Iris no le gusta la comida caliente, sino que le gusta a temperatura ambiente. A pesar de que los potitos sin abrir se conservan bien sin necesidad de frío, llevamos también una pequeña bolsa isotérmica.
En algunos restaurantes vimos tronas para bebés, pero nosotros llevábamos nuestra propia trona portátil por si acaso. Es un elemento que no ocupa mucho espacio y que además, nos sirve como bolso porque tiene espacio para guardar pequeñas cosas como baberos, cubiertos o toallitas.
Una cosa que nos llamó la atención en los restaurantes es que siempre le ponían, sin pedirlo, un pequeño cuenco y unos cubiertos para que le pusiéramos de nuestra comida. Creo que debe ser algo habitual porque en alguna ocasión que otra vimos a familias japonesas compartiendo su comida con los pequeños.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Salud[/su_note]
Siempre que viajamos fuera de Europa, contratamos un seguro médico de viaje + cancelación. Por ser lector nuestro, en Intermundial te hace un 20% de descuento si pones el código LOCOSXLOSVIAJES a la hora de contratar tu seguro de viajes.
Además, como botiquín de primeros auxilios para la peque llevamos:
- Apiretal (paracetamol infantil)
- Dalsy (ibuprofeno infantil)
- Eupeptina (para regular las deposiciones del bebé)
- Termómetro
- Crema para las picaduras de los mosquitos
- Stick para los golpes
- Crema solar
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Transportes[/su_note]
Volamos en avión con escala tanto a la ida en Ámsterdam y a la vuelta en París. En el momento del viaje, no había vuelos directos entre España y Japón, aunque en la actualidad ya sí.
Como ya comentábamos en el post de volar con un bebé, Iris no tenía derecho a asiento, pero sí a una cuna por ser un vuelo intercontinental. La solicitamos tanto a la ida como a la vuelta. Bien es cierto que le quedaba algo pequeña pero si viajas con un bebé de hasta 2 años, independientemente de la edad, recomendamos siempre pedir la cuna. Viajaréis más cómodos tanto el bebé como los padres.
Para movernos por Japón, usamos principalmente el tren. Para ir de una ciudad a otra, utilizamos los llamados trenes bala. La niña, por su corta edad, no tiene derecho a asiento, pero cuando el tren no iba muy lleno, solía ocupar un asiento y nunca nos dijeron nada. En las ciudades, nos movíamos en metro, en autobús o trenes.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Cómo movernos con el bebé por las ciudades[/su_note]
Al igual que en el viaje por Budapest y Praga y el de la costa este de Estados Unidos, llevamos sillita de paseo y mochila ergónomica “Manduca”. Pero la silla la usamos poquísimo y la mayor parte del tiempo se quedó en el hotel.
Usamos principlamente la mochila ergonómica -ya contamos en otro post lo útil que es– porque los sitios turísticos no están muy allá adaptados para visitarlos con silla.
En general, en las distintas ciudades que visitamos en Japón, se puede usar la silla ligera sin muchos problemas. Pero recomendamos usar mejor la mochila porque en los templos suele haber escaleras, y resulta difícil moverse con la silla. Luego en el transporte, en las horas puntas, es muy complicado entrar con una silla.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]El día a día en Japón[/su_note]
Japón es un país en el que se pueden encontrar las mismas cosas que se pudieran necesitar para el bebé en España. Para comprar pañales o potitos, podremos hacerlo en comercios como los Family Mart.
En cuanto a cambiadores, son muy habituales encontrarlos en muchísimos sitios. Incluso en las estaciones de metro y tren, hay baños y todos ellos cuentan con cambiadores. Por cierto, los baños siempre están limpísimos.
Aunque nosotros llevamos trona, en muchos restaurantes nos ofrecieron trona. Así que si alguien quiere prescindir de ella, podría hacerlo.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Alojamientos[/su_note]
Nos alojamos durante todo el viaje en hoteles. En ninguno nos pusieron cuna, pero tampoco la solicitamos porque las habitaciones de los hoteles japoneses suelen ser pequeñas y no hay espacio para ponerla, por lo que tuvimos que compartir cama los tres.
Tan solo en el ryokan de Miyajima y en el templo de Koyasan, Iris tuvo su propio futón. En estos dos sitios, las habitaciones eran muy espaciosas.
[su_note note_color=”#0dead1″ text_color=”#ffffff” radius=”15″]Itinerario[/su_note]
DÍA 1 y 2: El castillo de Osaka y Dotombori con jet lag
DÍA 3: Excursión a Koyasan
DÍA 4: Osaka desde las alturas
DÍA 5: Descubriendo el infierno en Hiroshima y la isla de Miyajima
DÍA 6: La preciosa isla de Miyajima y el barrio de Gion de Kioto
DÍA 7: Arashiyama, el Templo Dorado de Kioto y Gion
DÍA 8: Excursión a Fushimi Inari y Nara
DÍA 9: Higashiyma: Tofukuji, Sannenzaka y Pontocho
DÍA 10: El Templo Plateado y el Paseo de la Filosofía
DÍA 11: Recorriendo Shinjuku y Shibuya de noche en Tokio
DÍA 12: La Torre de Tokio, Shibuya de día, Takeshita Dori y Odaiba
DÍA 13: La Skytree de Tokio, Ginza y Akihabara
DÍA 14 y 15: El Mercado de pescado Tsukiji, Asakusa y Ameyayokocho
Más información sobre este viaje en nuestro Diario de Viaje en Japón
¡¡¡OHHHHHH… Japón!!! ¡¡Qué grandes recuerdos tengo del mesecito que pasé por allí…!! Aunque claro, era otra época y con otros fines, pero Tokio… ¡Vaya ciudad! Ahora me molaría muchísimo ir, toda la tropa y hacer más turismo. ¡Me lo guardo, el post…! 😉
Aunque no tenemos bebés, siempre es interesante saber estas cosas. Buen post!
Japón es un buen destino para ir con niños, aunque en verano hace demasiada calor, mucho mejor vuestras fechas. Una buena guía para quien tenga niños y no de decidan,como bien decís, es posible! Felicidades a los padres valientes que no ponen a los niños como excusa para viajar. Un saludito.
A ver si me toca algún día ir con la familia por allí!! Lo malo es que hay que multiplicar todo por 4!! Pero ganas de conocer Japón no me faltan… Un abrazo familia
Grandes recuerdos de nuestro viaje a Japón sin niños. Queremos ir a Singapur y Malasia pero lo que nos frena es el vuelo largo…12 horas desde londres y por mucho que vayamos en horas nocturnas…mi niño de 20 meses es muy inquieto y lo veo complicado. Me gustaria saber tu opinión y también en donde colocan la cuna. Gracias. A seguir viajando!!!!
La cuna la colocan en la primera fila, donde haya una pared delante de los asientos. En los aviones de vuelos largos, suele haber espacio para unas 4 o 6 cunas, depende del tamaño del avión.
Puedes probar a viajar madrugando mucho para coger el vuelo, así el peque tendrá sueño y dormirá… También lleva mucho entretenimiento: dibujos en una tablet, juguetes con los que se suela entretener, pequeños snacks, pinturas para pintar en un papel…
Me apunto todo para el próximo año, que tenemos Japón entre otras opciones en mente también para Octubre.
Con el tema de la cuna nosotros hemos tenido mala suerte, en octubre hacemos vuelos transatlánticos y no nos dan la cuna, por lo visto con Iberia y BA solo sirve hasta un determinado peso y meses y Carla pesa 13 kilos y aunque aún no tiene dos años (solo 15 meses) no se la dan. Estoy aterrada pensando en tantas horas de vuelo y sin tener un asiento para ella…. Solo nos dan la opción de cruzar los dedos y esperar que el vuelo no vaya lleno 🙁
No digas lo que pesa la niña. Tú pide la cuna porque tienes derecho a ella. Tiene menos de dos años, así que derecho tiene. Se supone que la cuna es hasta los 2 años, mientras pague billete de bebé. El peso es hasta 11 kg… Pero nadie os va a pesar a la niña. En nuestro vuelo a Japón, Iris pesaba creo recordar que lo mismo que Carla, y pedimos la cuna, y nadie nos pesó a la niña. Así iréis más cómodos.
Hola! Vamos dentro de menos de dos meses a Japón con nuestro bebe que tendrá 13 meses para esa fecha. Será nuestro primer viaje largo, estoy muy emocionada! Leeros me ha dado mucha confianza e ilusion.
Me gustaría preguntarte que silla plegable y ligera recomiendas para viajes. Llevarenos mochila pero tb queremos llevar silla.
Muchas gracias
Nosotros compramos una barata en el Hipercor… Más que nada porque las sillas se las llevan a bodega y a veces pueden sufrir daños o perderse. de hecho, a nosotros nos rompieron una rueda a la vuelta de un viaje. menos mal que fue a la vuelta. Pero tengo unos amigos, que estuvieron sin silla cinco días de siete que estuvieron de viaje porque la silla se perdió y hasta que la localizaron, tardaron en envíarsela.
Ahora existen unas sillas que se pliegan un montón y podrías llevarla como equipaje de mano. Cuando mi hija era bebé no existían. Las descubrí cuando empezamos a dejar de usarlas. Son de la marca GB pockit.